lunes, 31 de diciembre de 2012

Brindo por...


Este año que se marcha ha sido, por mucho, difícil a todos los niveles y por ello lo voy a despedir con un gran brindis:

Brindo por los días que quedan atrás.

Brindo por los días de sol y los días de lluvia.

Brindo por las noches oscuras y las noches de luna llena.

Brindo por cada arco iris que no vi y por aquellos que pude disfrutar.

Brindo por las personas a las que amo y las que me aman.

Brindo por los amigos verdaderos, y brindo por aquellos que salieron de mi vida por la puerta chiquita y por los rostros que me sonríen desde la ventana.

Brindo por las manos que me ayudan y brindo por los ángeles sin alas.

Brindo por cada lágrima derramada y por cada sonrisa a pesar del momento; por los abrazos y los besos de mis hijos; por el hombro y la mano que me sostiene.

Brindo por la crisis que empieza a humanizarnos un poco.

Brindo por los días felices y por los días llenos de tristeza, morriña y melancolía.

Brindo por la familia que está tan lejos y tan cerca a la vez; por su cariño en la distancia; por su calor y por su apoyo.

Brindo por el 2012 que ya termina y me deja historias y momentos que recordar.

Brindo por el 2013 que empieza y que nos regala 365 nuevos días para vivir, nuevos lienzos que pintar y nuevas páginas que llenar.

Brindo por cada nuevo proyecto y por cada nueva ilusión.

Brindo por la esperanza y la fe de que todo esto puede cambiar.

Brindo porque seamos felices y comamos perdices en estos 12 meses que nos quedan por delante.

Brindo por ti, brindo por mi y brindo por todos nosotros.

Feliz 2013 para todos!!!

(Inspirado en la campaña publicitaria de Freixenet 2012).

lunes, 24 de diciembre de 2012

Navidad...


Esta es, con diferencia, la época más difícil del año; son los días en que la distancia pesa hasta doler y la soledad parece aplastarte; días en los que las lágrimas están siempre a punto de salir y es mejor no pensar mucho. Es la fecha en la que pongo música para olvidar y para cantar por no llorar. Creo que nunca me acostumbrare a pasar estas fiestas tan lejos de casa.

Aquí tengo mi familia y tengo mi hogar, porque el hogar está donde está la familia; allí tengo mi familia y tengo mi hogar, porque el hogar está donde está la familia. Parece que la frase es repetitiva, en mi corazón no lo es, son dos frases distintas, diferentes, cargadas, cada una, de nostalgia y de sentimientos encontrados. 

Pero tengo ADN Vitiello y como buen miembro de esta familia que pone su mejor cara al mal tiempo, saco pecho y fuerza para sonreír a la soledad, guiñar un ojo a la distancia y decirles, mientras preparo nuestra pequeña cena para cuatro, algún día lograré vencerles y cruzaremos el charco para pasar estas fiestas con el calor de la familia que nos envuelve.

Deseo para todos, no una feliz Nochebuena, les deseo mil y una Noche buenas llenas de felicidad, amor, dicha y paz y que seamos capaces de vivir Navidad todos y cada uno de los días que nos quedan por delante.

Feliz Navidad!!!

lunes, 3 de diciembre de 2012

Vamos a poner el Belén!!!


Este año ha sido particularmente difícil a nivel mundial, y a nivel personal ni les cuento. He aprendido mas de prima de riesgo que en todos los años de universidad, he escuchado la palabra "desahucio" mas que la palabra "mami" y debo confesar que le he tomado una animadversión a los bancos comerciales que no sé yo si termine metiendo mi dinero debajo del colchón como hacia mi abuelita. Aún así tengo la ilusión de celebrar la Navidad, de decorar mi casa y llenarla de verde, luces y muchos adornos de colorinos. 

De pequeña me llenaba de emoción esta época del año y esperaba con ansias la llegada de las fiestas, pero debo confesar que con los años me fue gustando cada vez menos, ya no la recibía con la misma ilusión y no la disfrutaba como cuando era una enana; no fue hasta que me casé y tuve mis hijos que empecé a sentir la misma emoción por la Navidad, me encantaba ver sus ojitos cuando llegaban a casa y veían su árbol, sus adornos y su Belén en cada rincón de su pequeño apartamento. 

Aprendí a amarla de nuevo junto a mis hijos viendo como ellos la vivían y la disfrutaban; recuerdo a José Ángel con tres añitos cantar villancicos durante toda la tarde en el centro comercial mientras comprábamos los regalos; las personas se le quedaban mirando y sonreían, era increíble ver a este piojo lleno de espíritu navideño e inspiraba a creer en la magia y en los milagros. 

No recuerdo un solo año, desde que ellos nacieron que ese árbol de 100, de 25 o el de 180 centímetros no nos haya acompañado en estas fiestas; en mi terruño ya estaba en mi salón desde el 08 de noviembre, día de nuestro aniversario de boda; aquí, por no parecer loca de atar, lo he mudado para un mes mas tarde, así nuestras Navidades se inauguran el 08 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción y día del cumpleaños de mi abuela, que aunque hace tiempo que marchó, aún sigue entre nosotros. 

Este año no será diferente, pondré mis belenes, mi tren bajo el árbol y llenaré mi pequeño espacio de Navidad, de fiestas, de luces y de colores, porque a pesar de todo lo que hemos vivido durante estos 12 meses, de la incertidumbre, de que el mundo va a su puta bola y de que la economía esta acabando con la fe y la esperanza de muchos de nosotros, aún seguimos vivos y seguimos aquí y ya es de agradecer y celebrar poder decir eso. 

Por eso, este año disfrutaré las fiestas con la misma ilusión de cuando era niña, y me sentaré en mi sofá, frente al televisor y veré cuanta película de Navidad echen en la televisión y creeré, me ilusionaré,  me dejaré envolver por la magia y dejaré que el milagro de la Navidad se haga presente en mi vida. 

Felices fiestas. Deja que la Navidad te envuelva y te llene de magia.

martes, 13 de noviembre de 2012

Folklore de pareja...


En estos días cercanos a nuestro aniversario de bodas siempre me da por darle al icono de recordar, sí, si, ese que tiene uno situado en el cerebro y que tiene forma de espiral que da vueltas en sentido contrario a las manecillas del reloj, pues ese. 

Suelo revivir las últimas 24 horas, la ceremonia o la recepción; en esta ocasión me centré en el primer año de casado, concretamente en una escena llena de folklore de pareja, un episodio que bien podría formar parte de “Escenas de matrimonio”. 

Siempre he dicho que soy la araña de la relación y que si esto ha funcionado durante 15 años es por la paciencia de infinita de Flobre, porque la verdad es que no veía muy claro que llegáramos a los cinco años, ya me parecía una osadía llegar al primer año; pero no porque no lo amara o porque no fuera a luchar porque funcionara, si no porque me conozco, soy una fiera, una araña y mi carácter y mi genio no es de los que se pueden controlar fácilmente, y aunque eso me ha ayudado a estar hoy donde estoy, peleando la batalla, en aquel momento creía que sería un verdadero lastre en nuestro matrimonio. 

Son muchos los momentos difíciles y muchas las discusiones tontas que hemos tenido, pero hay una en particular que me ha sacado las lágrimas de risa al recordarla por lo absurdo de la situación y si hoy puedo contarla es por esa paciencia infinita de la que hablé anteriormente. 

Estaba yo embarazada de María Eugenia y por aquel entonces pasaba una gran parte del día en casa de mis padres, yo no trabajaba y luego que terminaba de arreglar mi casa, cogía mi coche y me iba a pasar la tarde a casa con mi madre. Era hacía el mediodía, lo sé porque mi padre estaba en casa almorzando. No sé bien porque empezó todo, creo que por un viaje que el tenía que hacer al interior y me dijo que lo acompañara, le dije que si podía llevar a mi madre y me dijo que no...gran detonante de este “hermosísimo” episodio de nuestras vidas. Me puse furiosa, se me cruzaron los cuatro apellidos, los dos nombres y las dos península; había sido como si hubiese explotado una bomba de relojería, no sé cuántas cosas solté por esa boca mientras hablaba con él por teléfono. El trataba, con su infinita paciencia, de que yo entrara en razón, pero eso, amigos míos, era totalmente imposible, y mientras el mas me tranquilizaba, mas me enfurecía. 

Le colgué el teléfono de tal forma que si hubiese sido uno de los de ahora, ahí mismo la hubiese palmado el aparatito. Mi madre entró a la habitación cuando terminé de hablar con él, trató de calmarme, y al ver que era inútil me dijo “no, mi hija no, tu tienes que tratar de controlarte, tienes cambiar esa actitud, porque eso no hay quien lo aguante...ese muchacho te va a dejar con to’ y barriga...” y salió dejándome en la habitación sola con mi guerra particular. En eso llegó mi padre a almorzar, y mientras almorzaba mi madre le echo el cuento completico, de cómo estaba yo y de todo lo que le había dicho a “ese muchacho”; pensaban o creo yo que pensaban que no los estaba oyendo, pero sí que lo oía todo desde donde estaba y escuché a mi padre cuando, con una especie de resignación atinó a decir “pobre infeliz...” refiriéndose al energúmeno que estaba acabando con la paz y la tranquilidad de su “pobre hija mayor”. O sea, esto también ayudó a que todo se calmara...pobre de Flobre que se tendría que hacer cargo de esas palabras y de la parcialidad de mis padres, que no se habían puesto precisamente de mi lado. Aaaaaaargh!!! YO y nadie mas que yo era su hija y no el facineroso ese, advenedizo que AHORA me estaba robando el cariño de mis padres. Aaaaay, pobre de él!!! Así le fue al susodicho. 

Pasaron algunos días hasta que todo volviera a la normalidad, porque las cosas no solían o mejor, no suelen olvidárseme tan pronto, además con toooodo lo que me había hecho, como pa’ perdonarlo a la primera, no señor, que se aguante que es lo que le toca. Lo castigue por un buen rato y mi pobre, paciente y amoroso marido aguantó la espera hasta que se me pasara aquel cabreo absurdo. No si cuando digo que es bueno, es que es muy bueno...eso también me cabreaba, cómo se puede ser tan paciente con una cacata como yo.

Hay muchas situaciones parecidas a esta, algunas serias y otras tan absurdas como la que acabo de contar; la mayoría, por no decir todas, provocadas por mí, mi genio y mi falta de “comprensión”. Es bueno poder reírme y poder contarla como una anécdota mas, porque eso quiere decir que la supimos superar una a una, aunque en ese entonces la guerra de Troya fuera una película de Disney comparada con ella. Hoy ya son menos las discusiones y si discuto, lo hago por algo que realmente valga la pena, como que no arregló bien la cama o porque me dejo el estropajo de la cocina lleno de jabón, o porque el frutero de la mesa no está justo en el centro y en la posición que tiene que estar, después de todo para eso esta el racimo de uvas donde está, para saber la posición justa!!! No, en serio, aprendí que discutir por discutir no tiene sentido, que enojarse por tonterías no tiene sentido y que tratar de llevarlo al límite de sus posibilidades no tiene sentido, porque un día igual se cansaba de mi y me mandaba a tomar por saco, después de todo, hasta Jesucristo perdió la paciencia y él no iba a ser menos. 

Los que me conocen, me conocen y saben que doy para esto y para mas y los que les conocen, les conocen y saben que, tratándose de paciencia, amor, paz y comprensión, mi marido se lleva el podio. Gracias por ser como eres, porque de no ser tú, el pronóstico de mi madre se hubiese cumplido y hoy mi DNI pondría “Divorciada” y mi hija estaría dividida entre la loca de su madre y el centrado de su padre... 

Hasta la próxima.

jueves, 8 de noviembre de 2012

15 años...


Aún recuerdo el pánico que me entró aquella noche camino a la iglesia, de repente me surgieron preguntas, dudas, miedos; mi cabeza se lleno de interrogantes, ¿estaría haciendo lo correcto? ¿quería realmente dar ese paso? ¿sería ese el hombre con el que quería levantarme el resto de mi vida? ¿estaba consiente de que esa era la primera cara que vería al despertar cada mañana?. De repente me vi parada frente a un camino infinito, un camino sin construir y que no sabía si quería e iba a construirlo. Pedí a Dios me diera respuesta a todas esas preguntas que me invadían y le rogaba no me dejara llegar al altar si eso no nos iba a hacer feliz.

Estaba sumergida en todas mis dudas cuando de repente cayeron unas gotas del cielo, era la respuesta que había pedido, el cielo me estaba bendiciendo, el cielo nos estaba dando su aprobación. Así me lo hizo saber mi papa cuando con su voz tranquilizadora me rescató de mi pequeño mundo interior.

Hoy han pasado 15 años desde aquel día. 15 años caminando juntos de la mano; 15 años construyendo el camino y planificando nuestro futuro; 15 años reconociéndonos en los ojos del otro; 15 años luchando nuestras batallas; 15 años ajustando las velas para continuar navegando en un mar revuelto; 15 años subiendo uno a uno los peldaños de la vida; 15 años cayendo y volviendo a empezar; 15 años viviendo cada día como el primero de nuestras vidas... 

Hemos aprendido a apoyarnos cuando las cosas no caminan; hemos aprendido que es mejor mirarnos a los ojos y abrazarnos, a pelearnos y enredarnos en discusiones estúpidas que llevan a ningún lado; aprendimos a ser feliz en lo mucho y en lo poco, a disfrutar de los pequeños detalles y a amarnos y respetarnos por encima de cualquier situación. 

Hemos andado durante 15 años y el camino no siempre ha sido recto, ni fácil, ni sencillo; nos hemos encontrado con grandes obstáculos y muchas veces los peldaños de nuestra escalera han resultado demasiado altos para subirlos de un solo paso; nos hemos secado muchas lágrimas uno al otro y hemos caído muchas veces tratando de librar las piedras del camino, pero nos hemos levantado y hemos continuado caminando, tomados fuerte de la mano, como aquella noche cuando salimos de la iglesia. 

Estos son los primeros 15 años de muchos que nos quedan por delante, los primeros 15 años de amor y complicidad, 15 años que junto a nuestros hijos hemos vivido y disfrutado a pesar de que la vida no siempre ha sido sencilla.

Felicidades!!! 15 años y contando...

domingo, 9 de septiembre de 2012

Santi...


Ya dije alguna vez que no me gustan las despedidas y que, paradójicamente, mi vida estaba llena de despedidas y “adiós”; ahora voy agregar que tampoco me gustan los cambios repentinos ni las sorpresas “desagradables”, de hecho Flobre dice que algún punto de autismo o Asperger debo tener, porque los cambios me dan vértigo, descolocan mi mundo, me irritan y me ponen de mal humor. 

Eso fue lo que sentí una mañana de verano, cuando Santi me comunicó la decisión de nuestro Arzobispo de Asturias. No daba crédito a lo que escuchaba y, durante toda la tarde y gran parte de la semana, sólo podía pensar: una despedida más, otro cambio, otro adiós y el mal humor haciéndose presente y “mi mundo perfecto y organizado” tambaleándose. 

Nuestro Santi tiene catorce años en San Martín de Riaño y yo sólo tengo cinco en la parroquia. Cuando llegamos no conocíamos a nadie, sin embargo nunca me sentí extraña dentro de sus paredes. Han sido años muy difíciles en España, porque no es mi lugar, porque no están “los míos”, porque creo que nunca terminará de ser “mi sitio”. Pero llegar a la iglesia es llegar a casa, y sentarme con Santi a hablar es como beber un vaso de agua fresca en medio del desierto. Santi ha sido un guía, un amigo, la mano que te rescata de las arenas movedizas. Le voy a extrañar lo que no me imagino y mis hijos aún tienen la esperanza de que lo inminente no suceda, y es que Santi, nuestro Santi, fue un niño mas entre los niños y uno más entre nosotros. Siempre cercano, siempre cariñoso. 

Hoy me doy cuenta que no es un adiós, que siempre será un “hasta luego”, no voy a mentirme, ni mentirle a nadie, siento infinita tristeza por su marcha y un profundo miedo a esta etapa que iniciamos todos. Soy humana y como humana me resisto a los cambios. Pero quiero pensar que todos estaremos bien en este camino: Santi conocerá nuevos feligreses que necesitarán de él para cambiar algunos aspectos y nosotros conoceremos un nuevo párroco de quien aprenderemos y creceremos, también el Padre Luis algo aprenderá de nosotros. 

No voy a decir “adiós” porque estoy cansada de las despedidas absurdas de mi vida, hoy quiero decir “hasta luego, hasta siempre querido Santi”. Esta será siempre tu casa, tu parroquia, tus feligreses. Siempre estaremos aquí e iremos allí buscando al amigo, las risa y el cariño. 

Mi abuela me enseñó que “Dios escribe derecho en renglones torcidos” y yo no soy quien para cuestionar la voluntad del Señor, que es quien nos conduce en esta vida, sólo puedo aceptarla como buena cristiana y continuar en el camino con una sonrisa y con la mejor actitud. 

Gracias Santi, por ser el oído que tantos problemas escuchó, los labios que tantos consejos nos dio y la mano que tanto nos ayudó...

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Santomé 402, altos...


Esta era la dirección de casa de mi abuela, el lugar donde pase gran parte de mi niñez; allí fue el segundo lugar donde fui después de mi salida del hospital y allí fue donde viví mi infancia, junto a la abuela, la tía, el tío y su esposa. 

Estaba situada en la parte de atrás del “mercado” y el ir y venir de los camiones, comerciantes y obreros haitianos la hacía un lugar emocionante. Se podía sentir el olor a la cebolla desde que bajábamos del carro.

Ya desde afuera se veía que era grande, con mucha iluminación y bonita; era una casa antigua y, aún hoy, con todos los años que han pasado desde que marchamos, se puede ver el esplendor que tuvo algún día. 

Había que subir una escalera para llegar hasta ella y dentro era hermosa, de paredes altas y mosaicos de decorados de flores, de esos que ya no se hacen. La tía Lourdes la tenía decorada con un gusto exquisito, como de revista, y sus muebles hacían juego con la cantidad de años que guardaba en sus muros: grandes, de caoba centenaria y estratégicamente ubicados dentro de ella. 

Entre sus paredes viví momentos mágicos y que siempre estarán en mi memoria, ahí aprendí a caminar, ahí dije mis primeras palabras, ahí pasé las mejores Navidades en compañía de mis padres, hermanos, abuelos, primos y tíos. Recuerdo sentarme en las piernas de mi abuela, mientras hacían gnoquis de harina en la mesa, con mis pequeños deditos la ayudaba a "estrangular" los pedacitos de harina amasada.

Las habitaciones estaban colocadas en línea, una al lado de la otra y el baño estaba en el medio de todas ellas y en medio de toda la casa; en cada habitación habían tres puertas, dos comunicaban con la habitación de al lado y la otra al comedor, la terraza o la galería, la de abuela tenía una puerta que daba hacía un pequeño balcón al que raramente nos dejaban salir. 

Me encantaba esa casa, es cierto que no tenía grandes jardines, ni un gran patio, pero tenía una galería que bien puede ser la habitación principal de las de un piso cualquiera, en la que sin hacer mucho empeño puedo ver a mi abuelo sentado balanceándose en la mecedora blanca de metal. Era muy pequeña cuando murió, pero créanme, aún recuerdo sus ojos azules, su voz ronca y su reloj en el que trataba de enseñarme a ver la hora. 

Uno de los lugares que mas me llamaban la atención era la azotea, a la que no nos dejaban subir, porque “es peligroso”, nadie se imaginara nunca el placer que me daba “violar” la seguridad de los grandes cactos y subir sus escaleras para jugar en ella; parecía un pequeño patio español, adoquinada con mosaicos rojos y llena de plantas de rosas y claveles de todos los colores que colgaban hasta de las paredes. Era una pasada llegar allí, porque era como un oasis en medio del desierto. Ahí me celebraron mi primer añito y ahí di mi primer pasito en la vida. 

El patio era un poco mas de lo mismo, también estaba lleno de plantas que mi abuela cuidaba con la misma dedicación y empeño que las de la azotea, era otro “patio español”, pero al que podíamos llegar, casi sin que mi abuela nos echara en falta. En él nos bañaba con la manguera o en la batea y a veces nos metía, cual piscina, en un pequeño tanque en el que almacenaban agua para una emergencia, cuando no improvisaba una pequeña ducha con el colador de spaghetties y el chorro de la manguera cayendo a través de él. Eso sí, sin quitarnos el ojo de encima, que para eso se bastaba solita.

La cocina era grande y, para mi, muy antigua y me encantaba, al igual que el comedor de la terraza porque era amplio y lleno de muebles enormes que me parecían hermosos. En las habitaciones habían grandes cortinas detrás de la cama que iban de pared a pared y que detrás escondía armarios fabricados por mi abuelo y mis tíos, que siempre me llenaron de curiosidad y que realmente no sé muy bien lo que había dentro de ellos. 

Si bien estar dentro era una pasada, salir de la mano de abuela y cruzar al mercado a comprar los víveres, vegetales, carnes y pescados y ver como los que atendían los puestos le saludaban y me saludaban, o bien, bajar hasta el colmado de Blanco, lleno de sacos de habichuelas rojas, blancas, pintas y negra, arroz de todo tipo, cebolla y no sé cuántas cosas mas, todavía la hacían mas emocionante. 

Hoy esa vieja casa sigue ahí, en la Santomé 402 altos, allí almacené mi vida cuando tuve que empacarla y allí continúa guardada. Cada vez que regreso voy hasta ella a “darle una vuelta a mis cosas” y desde que veo sus escaleras vuelvo a ser aquella niña que vivió allí. Está vacía, pero cuando entro, coloco todos sus muebles y sus adornos justo donde los recuerdo, y creo ver a mi abuela dentro de ella y al tío Toño sentado en la mesa bebiendo la sopa. Por un momento vuelve a ser "la casa de abuela", esa que recuerdo y con la que me quedaré siempre y yo vuelvo a ser esa pequeña que apenas empezaba a vivir.

Hasta otra nostalgia...

viernes, 24 de agosto de 2012

El tiempo...


Hace poco vi una película de esas que se ven cuando no hay nada mas que ver. Iba del tiempo que dejamos pasar, porque pensamos que aún tenemos mucho tiempo; del tiempo que desperdiciamos en “vivir” dejando a un lado el “disfrutar vivir”; de todo lo que dejamos de decir, de hacer porque “mañana tendremos tiempo”. 

Y si el mañana no llega, y si de repente se nos acabara todo el tiempo que nos queda por delante. Adonde se quedan las cosas que no hicimos, las cosas que no dijimos. Quién las disfrutara y las vivirá por nosotros. 

Pensamos que somos jóvenes para morir, pero el morir no entiende ni de edad, ni de calendario, ni de día, llega y ya está. Por eso, lo que podamos hacer, decir, vivir y disfrutar hoy, no lo dejemos para mañana, porque mañana igual ya no tendremos tiempo. 

Todo esto puede sonar a cliché, pero detengamonos solo un segundo y analicemos todo lo que dejamos de vivir, porque tenemos tiempo para hacerlo. 

Es como esa vajilla para “ocasiones especiales” o el vestido o el perfume; cuándo llega esa ocasión especial, una vez al año, dos veces, a veces nunca la encontramos y la vajilla, el vestido y el perfume envejecen esperando “la ocasión”.

La ocasión especial es hoy, la ocasión especial es ahora, la ocasión especial es que estas vivo, la ocasión especial es que aún respiras, la ocasión especial es que, un día mas, lograste abrir los ojos y ver y vivir un nuevo día. 

Atrévete a ver cada día como si fuera el primero y a vivirlo como si fuera el último, así cuando se nos acabe el mañana, no habremos desperdiciado todos nuestros “hoy” 

El mañana es esperanza, es creer, es soñar; Mañana es una bonita palabra para tener fe. Pero la vida no va de mañanas, ni de futuros, la vida va de presente, de hoy. No dejes de abrazar, de decir te amo, de sonreír, de bailar, de soñar, de disfrutar y de cantar. Sé feliz cada momento y haz de cada momento un momento especial. 

Hasta otra noche sin dormir...

sábado, 11 de agosto de 2012

Un año mas...


Hoy la foto va a color, porque de eso se trata de pintar de colores cada momento, cada día, cada segundo; de llenar de colores los años y de dar color a la vida. 

Hoy tengo la dicha de celebrar un cumpleaños mas y ya suman 43, con todos sus días y todas sus noches; 43 años de lágrimas y risas, 43 años en los que recuerdo mas momentos felices que momentos tristes, aunque los pocos tristes sean muy tristes; 43 años arropada por mis amigos y mi familia; 43 años pisando fuerte, cantando alto y sonriendo libre, como dice Roberto Carlos en su canción.

Hoy me toca celebrar, aunque no quiera; hoy me toca olvidar los problemas aunque no pueda; hoy me toca disfrutar aunque este lejos; hoy me toca festejar, aunque alrededor de mi tarta falte gente a quien abrazar y con quien compartir; hoy me toca olvidar la dieta, aunque mañana me arrepienta. 

Hoy me toca celebrar la vida y el amor; hoy me toca celebrar que tengo un esposo y unos hijos únicos, una familia maravillosa y unos amigos excepcionales; hoy me toca vivir este día a tope, sin miedos, con una sonrisa y con la certeza de que mañana será otro día  para vivirlo y disfrutarlo con las misma intensidad que el de hoy.

"...A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida, a partir de mañana empezaré a morir la mitad de mi muerte..." canta Alberto Cortés en una de sus canciones, yo digo, a partir de mañana tengo 365 días por delante llenos de nuevas oportunidades que voy a tratar de aprovechar al máximo. Mañana es el primer día del resto de mi vida!!! 

Gracias por recordarme y por tomarse un minuto para enviar un mensaje lleno de cariño, buenos deseos y bendiciones, los he recibido de la misma manera que me lo han enviado, con algunos he reído, con otros he llorado y con todos me he sentido infinitamente bien, querida y recordada. Gracias por estar ahí a todos y cada uno de ustedes.

Hasta mañana, cuando nuevamente salga el sol...

miércoles, 1 de agosto de 2012

Recuerdos de la niñez...


Hace unos días, me dio por viajar en el tiempo, y volví a hasta ese lugar donde los sueños se cumplen,   donde jugar y divertirse es lo único importante; donde cruzar la gran avenida para llegar al supermecado y comprar "Frugus" supone una gran aventura; ese lugar donde habitan las princesas, los dragones y los superhéroes.

Viajé y aterricé en mis doce años y llegue a nuestra casa de la Lincoln, 402. Aún recuerdo cuando la vi por primera vez grande, rodeada de arboles enormes que le imprimían un aire de misterio y la hacía parecer a las que salen en las películas de terror. Supongo que esto era por los años que había estado sin habitar, algo que fue cambiando poco a poco hasta hacerla "nuestro hogar"; sin embargo, nosotros si que queríamos seguir creyendo que era una casa fantasma que encerraba historias fantásticas entre sus paredes.

La casona, grande y obscura, estaba rodeada por una galería amplia de mosaicos rojos, desde ella se podía entrar por dos puertas: la  principal y la que daba al comedor de diario/salón de estar/media cocina, donde estuvimos a punto de matarnos mi primo y yo por culpa de una de nuestras tantas discusiones, las que solemos mantener aún de vez en cuando, a través de la red. La puerta principal era grande y pesada, como las de esas pelís de misterio que les hablé, la abrían pocas veces, pero cuando lo hacían se podía ver la casa en todo su esplendor y al fondo las escaleras que daban al segundo piso. Nuestra casa grande estaba compuesta por amplios espacios, paredes altas y suelos que parecían un tablero de ajedrez. Sus paredes estaban llenas de puertas que escondían armarios empotrados en los que nos tejíamos mil y una historias y dentro de los cuales tratamos de encontrar, sin éxito, pasadizos secretos que nos llevarían a ocultos pasillos llenos de historias tenebrosas; nunca encontramos los pasillos detrás de sus puertas, tampoco llegamos a "Narnia" a través de ellos. Eso sí, estaban llenos de "cosas" de la tía Lourdes, que nos llenaban de curiosidad y a la que no teníamos acceso.

Había una tercera puerta que daba de la cocina al patio, lugar que cuando llegamos, estaba lleno de piedras grandes y, según recuerdo, de moscas deambulando por ellas; eso no duró mucho tiempo así, pronto lo cementaron, construyendo una terracita en la que me encantaba sentarme las mañanas de verano, junto a mi abuela y al rico olor a café recién colado que nos llegaba de la cocina. En total eran tres puertas, por las que entrabamos y salíamos indistintamente en nuestras infinitas tardes de juegos y aventuras.

En la segunda planta estaban las habitaciones para dormir, igual de grandes, igual de amplias y,como en la parte de abajo, puertas y armarios en las paredes que tampoco nos llevaron a "Narnia", pero dentro de los cuales nos escondíamos y jugamos mas de una vez.

Si la casa era alucinante, el patio y el jardín no iban a ser menos; estaba lleno de árboles de todos los colores y de frutos tan exóticos y tropicales como guanábanas, mango, cereza, limones y naranja agria. El jardín era uno de mis lugares preferidos, tenía un árbol en el centro donde habitaban cientos de pajaritos, que nos despertaban cada mañana con su alegre trinar; debajo del árbol colocaron un juego de sillas de hierro pintadas de blanco, que invitaban a tomar el té a las cinco de la tarde, cual ciudadanos ingleses. En el jardín también habitaba el árbol de la flor de alhelí , que a parte de que estaba siempre lleno de estas flores sencillas, pero hermosas y de aroma delicado, cada cierto tiempo se llenaba de unos gusanos negros con unos anillos de color amarillo eléctrico, no sé si eran gusanos de seda, pero nosotros queríamos pensar que sí. Cerca del jardín estaba el flamboyán, otro árbol que me daba alegría todo el año, primero por sus flores naranjas casi rojas y amarillas casi naranja y luego por sus grande vainas llenas de semillas que cuando las agitaba el viento sonaban como si estuviese cayendo un tórrido aguacero; mas cerca de la galería estaba aquel extraño arbusto que al caer la noche desprendía un agradable y suave perfume. Estos cuatro árboles están tan vivos en mi memoria, que a veces, siento que los puedo tocar, y de haber podido, me los habría llevado conmigo a cualquier lugar. Este hermoso jardín rodeado por un camino empedrado lo completaban las flores y plantas que mi abuela cuidaba con cariño, dedicación y esmero. Constituía un enorme placer sentarse en la galería sólo a contemplar el ir y venir del tiempo, observar a los pájaritos como revoloteaban de un lugar a otro y comos se bañaban en el pequeño charco que se formaba a la entrada por el portón principal.

Todo este terreno estaba rodeado por muros y mayas que separaban "la selva de cemento" de este pequeño oasis en medio de coches y ruido de bocinas. Sus puertas nos hacían entrar a un mundo maravilloso, sin peligros, llenos de grandes aventuras y momentos. Ahí dentro aprendí a montar patines y bicicleta, aprendimos a jugar fútbol y baseball....o algo parecido; ahí mis primos me enseñaron a deslizarme para "robar una base", aprendí para que servían "la 1ra. 2da. y 3ra." y lo que había que hacer para llegar a "home" y "anotar una carrera". Estaba lleno de animales, hasta entonces, extraños para nosotros. Aquí supimos lo que pude llegar a doler cuando te pican mas de una avispa al mismo tiempo, conocimos que los ratones no siempre son de tamaño normal y que los lagartos llegan a ser tan grandes que parecen iguanas. Vimos arañas de todos los tamaños, desde pequeñitas hasta las extra grandes con anillos naranjas y pelos en su cuerpo y gusanos que parecían la porra de los policías. Conocimos una familia de serpiente que se paseaba por el garaje, pájaritos de todo tipo y hasta llegaron hasta sus altos arboles unos papagayos y aves exóticas que se habían escapado de un lugar cercano, habrían pensado, como nosotros, que aquel lugar era el paraíso.

Pero un día todo cambio, nuestro parque de juegos privado lo vendieron, nosotros tuvimos que mudarnos y la risa de los niños, que poco a poco se había convertido en adolescente, se marcharon de aquel lugar. Allí quedaron momentos tristes y alegres, infinidad de lagrimas y risas, tardes enteras de juegos, de bicicletas, de baseball y de fútbol, Navidades y fiestas alucinantes. Ahí deje el sueño de bajar vestida de novia por las escaleras, mientras mi papa esperaba abajo y el sueño de celebrar los cumpleaños de cada uno de mis hijos. Ahí quedó el deseo de ver a mis niños jugar, correr y saltar entre todos aquellos arboles, tejiendose, junto a sus primos e igual que nosotros, una y mil historias que llenarían su infancia de grandes aventuras y momentos inolvidables.

Ya no está allí, en su lugar hay un horrible centro comercial, pero cuando paso por ahí, siento que me sonríe y me dice: hey!!! aquí estoy, en tus recuerdos y en todos esos momentos maravillosos que viviste, y, como me pasa con Villa Duarte, es el lugar adonde corro cuando viajo a mi niñez y el lugar que me duele que mis hijos nunca conozcan.

Lincoln 402, un lugar lleno de magia e historias de terror...

sábado, 28 de julio de 2012

Feliz día papá...


Mañana es el día del padre en mi país, y quiero dedicarles un pequeño espacio a esos hombres extraordinarios que tienen hijos y son padres. Esto es un pequeñito homenaje a cada uno de ellos...

Un homenaje a ese papá que me regaló el cielo, ese hombre al que mi madre escogió para ser el padre de sus hijos, ese hombre que ha sido un ejemplo, una mano amiga y una mano correctiva; ese que ha sido apoyo, fuerza, ejemplo y luz en la obscuridad para sus retoños. Siempre esta cuando le necesitamos y no hay nada mas importante para él que sus hijos y sus nietos...ni siquiera el fútbol!!!

Un homenaje al padre de mis hijos, que como mi madre, no pude haberle elegido uno mejor. Es una persona excepcional, su mejo amigo, el que me los desmadra desde que llega a casa, porque es como ellos, un niño encerrado en el cuerpo de un hombre. Cariño eres la persona que siempre soñé para padre de mis hijos, un padre dedicado, cariñoso, divertido, responsable y para quien sus hijos son lo primero.

Un homenaje a todos y cada uno de los padres de mi familia, a mis tíos, primos, cuñado y primos políticos, que también son súper papas. Esos que luchan cada día para sacar a sus hijos adelante, esos que están presentes cuando les necesitan, cuando les llaman, cuando les buscan. Esos para los que calidad de tiempo es tan importante como la cantidad; esos hombres de mi familia para los que no existe hora, ni fecha, ni espacio, ni tiempo. Esos que primero son padres.

Un homenaje a los amigos que tienen la suerte y la gracia de ser papas, los que están empezando y los que ya llevan experiencia; esos amigos, que llenan el muro del facebook de fotos de sus hijos y a través de ellas nos hacen saber lo orgulloso que están de ellos. 

Un homenaje al padre dominicano, el de hecho; ese padre que se gana su nombre día a día, amando y protegiendo a sus hijos. Esos que saben corregir sin abusar, que se involucran en su educación y los que no salen corriendo al primer inconveniente.

Finalmente y no por ellos menos importante, en este particular homenaje, tengo que recordar a mi padre político, el que llegó de la mano de mi esposo, el que el cielo me regaló cuando me casé, mi querido Don Flobre, un ser extraordinario, un papá postizo, una persona llena de amor para sus nietos, sus hijos y para mi, que solo era la nuera. Ya no está entre nosotros, pero bien merece estar presente este día, porque esté donde esté, sigue junto a nosotros y a él acudo cada vez que siento que las cosas no van bien, porque cuando mas agobiada estaba, él conseguía sacarme una sonrisa.

Feliz día del padre a todos y cada uno de ellos, al padre de mis hijos y sobre todo al mas maravilloso que una hija pueda tener. Feliz día, padre dominicano, dentro y fuera de nuestra isla. Que seas padre, guía y amigo para esos pequeños seres que la vida te ha prestado; recuerda que tienes que hacer de ellos hombres y mujeres de bien en base al cariño, al amor y al respeto. 

Felicidades papás!!!

viernes, 20 de julio de 2012

Soy...


Soy la madre, la hija, la hermana, la amiga, la compañera, la esposa.

Soy la profesional, el ama de casa, la economista, la profesora, la que cocina, la que limpia, la que ordena.

Soy la psicópata, la cuerda, la loca, la histérica.

Soy la que lucha, la que se cansa, la que se cae, la que se levanta, la que tropieza, la que empieza, la que no quiere continuar.

Soy la que busca, la que encuentra, la que piensa, la que grita, la que llora, la que ríe.

Soy la que cree, la incrédula, la inteligente, la ignorante.

Soy la egoísta, la que comparte, la que piensa, la racional, la irracional.

Soy la malcriada, la obediente, la irreverente, la sumisa, la rebelde.

Soy la que baila, la que canta, la que escribe, la que lee.

Soy la que escucha, la que cae bien, la que cae mal.

Soy la pija, la orgullosa, la vanidosa, la humilde, la sencilla.

Soy la buena, la mala, la fea, la guapa, la tierna, la grosera.

Soy la que camina, la que corre, la que sueña.

...pero sobre todo soy yo, única, especial, irrepetible, llena de defectos y con algunas virtudes, pero siempre YO.

sábado, 30 de junio de 2012

Flores para Ghetto...


Se ha convertido en una tradición y una necesidad recibir el mensaje de alerta en nuestro chat con la foto de las flores de Wanda. Cada sábado ellas llegan a través de nuestro celular haciéndonos sentir cercanas, juntas, unidas; haciéndonos sentir que el tiempo no ha pasado; haciéndonos pensar que somos aquellas mismas niñas de hace años atrás. Es hermoso recibirlas cada sábado, es como tomar oxigeno después de una semana de trabajos, ajetreos, colegios, agobios. Es verlas y sentirme cerca, sentir que no hay distancias, sentir que no existe el espacio, ni el tiempo. 

No importa como venga el sábado, si estoy animada o no; no importa si hay neblina o si esta nevando; no importa si el sábado se levanto gris, frío y húmedo, llegan las flores y, como por arte de magia, el día se arregla. 

Cuando le pedí a Wanda que me contara lo que significan para ella esas flores que nos regala cada sábado, me dijo: “Desde los viernes en la noche voy pensando qué flores pondré y ruego para que, al día siguiente, encuentre unas que me gusten en el jardín donde las compro. Cuando llego allí me entra un no sé qué y doy como veinte vueltas hasta que elijo las que me gustan, mientras he ido pensando con qué completaré el arreglo, algo que no esté muy visto, algo que no haya utilizado recientemente, lo que mejor le vaya al tipo de flores que he elegido; pienso también en qué florero quedarán mejor, si a fulana le gustarán, qué dirá Ghetto, quién será la primera en comentar o qué comentarán; pienso que si de verdad les gustan tanto como me dicen y que mi Gabriel prefiere los tulipanes y mi Daniela me dijo que hiciera esto o aquello. Llego a la casa y mientras hago el arreglo me voy transportando a diferentes lugares, el lugar dependerá de mi estado de ánimo y de si son esas las flores que quería comprar. Cuando el arreglo esta terminado, lo observo desde todos los ángulos, si esta todo bien, entonces le tomo alrededor de cinco fotos para subir, primero a Ghetto y luego al FB , la que mas me gusta. Finalmente me siento en la terraza a observarlas, a contemplarlas, a admirarlas y a disfrutarlas y me lleno de paz y tranquilidad. Cuando me empiezan a llegar los comentarios, me da un “teke, teke” de felicidad. 

Esta respuesta me emociono hasta las lágrimas, porque comprobé que no se trata de una foto para presumir, comprobé que realmente piensa un poquito en mi, porque si piensa en Ghetto, piensa en mi y me encantó. Porque para mi esas flores significan un mejor sábado, menos distancia, menos frío, menos soledad; significan amigas, vida, felicidad; significan cielo azul y sol caliente en invierno. 

La misma pregunta les hice a las demás chicas Ghetto, que sentían al recibir esas flores; Yuberkys comenta “pienso que ella las pone cerca de una ventana, donde les da los rayos de sol, y me imagino a Wanda con una tasita de café contemplando sus flores. A veces me pregunto si se enojaría si las llego a poner en mi profile” 

Gracias Wanda, gracias por regalarme flores cada sábado; flores que me hacen sentir que no existe el espacio, ni el tiempo, que no existen las distancias y que allende los mares tengo amigas verdaderas que piensan en mi, por lo menos, una vez a la semana. Gracias por enviarme un abrazo en forma de flores y un beso en forma de foto. Gracias por hacerme sentir que allí aún me queda mucho porque volver. 

Hasta las próximas flores...

martes, 26 de junio de 2012

He aprendido...


He aprendido a sonreír a pesar de las lágrimas y a llorar con una sonrisa. Que puedo llorar sin lágrimas y puedo gritar en silencio. 

He aprendido que puedo hacer de los obstáculos un peldaño para subir o un lastre que me impida avanzar. Que ver el vaso medio lleno o medio vacío, depende de mi. 

He aprendido a disfrutar con lo que tengo y a preocuparme menos por lo que no tengo. A ser feliz a pesar de las circunstancias, a vivir con ilusión sin importar lo que me traiga el día. 

He aprendido a levantarme tantas veces como caigo. Que puedo empezar tantas veces como sea necesario. Que el dinero no hace, ni compra la felicidad. 

He aprendido a ver el sol en un día gris y el cielo azul cuando esta lloviendo. Que el arcoíris mas hermoso es el que pinto en mi día. 

He aprendido que el miedo a vivir nos hace disfrutar menos. Que en las pequeñas cosas y en los pequeños detalles es donde encontramos lo realmente valioso. 

He aprendido que la sonrisa de mis hijos y el calor de sus abrazos son los diamantes que necesito para adornarme. 

He aprendido que darme por vencida es igual a fracasar y que el que no lucha esta un poquito muerto. 

He aprendido que por cada NO, hay un SI. Que podemos avanzar o nos podemos estancar, eso depende de cada uno. 

He aprendido que la felicidad la encuentro dentro de mí. Que es un camino que voy construyendo día a día. Que puedo ser feliz con todo y con nada. 

He aprendido a ajustar mis velas, según el viento para seguir navegando en este océano que llamamos vida. 

He aprendido que deberíamos ser mas niños y menos adultos. Que para los niños no hay obstáculos, ni razas, ni religiones. Que a los niños sólo les preocupa jugar, disfrutar y con eso son felices. 

He aprendido que una casa no es un hogar, que el matrimonio no te asegura tener una pareja y que la soledad puede estar rodeada de gente. Que estar sola no significa no tener compañía y no tener compañía no quiere decir que este sola. 

He aprendido que ser pobre no es igual a ser miserable y que tener dinero no es sinónimo de ser rico. Que soy tan rica, tan rica que lo único que me falta es el dinero. 

He aprendido que las rosas mas hermosas traen espinas. Que lo que se quiere cuesta lágrimas, sudor y sangre. 

He aprendido que vivir no es sencillo, pero es una aventura fascinante y que hay que bailar y cantar al ritmo de su melodía.

He aprendido, sigo aprendiendo y aún me falta mucho por aprender...

domingo, 24 de junio de 2012

A la distancia de su mano...


Buscaba sin parar, buscaba sin encontrar, buscaba un amor que le llenara, buscaba a la persona que le completara. 

Se tejió mil historias, se sumió en mil amores, se enredó en mil relaciones. 

Sufrió fuertes golpes y grandes desengaños. 

Perdió la esperanza y volvió a recuperarla.

Buscó durante años sin obtener resultado. 

Quiso tirar la toalla, rendirse, olvidarse. 

Pensó que era una pérdida de tiempo, que el amor no era para ella. 

Continuó buscando...buscaba y buscaba... 

Cuando creía pérdida la batalla, cuando se había dado por vencida, miro a su lado y le encontró a la distancia de su mano, con la etiqueta de “mi mejor amigo”...

lunes, 18 de junio de 2012

Verano del 90


Todos tenemos una época, un verano, un año el que recordamos y nos hace esbozar una pequeña sonrisa. Ese momento, ese recuerdo, esa época que ilumina el rostro cuando lo recuerdas.  

Cuando paso revista de todos mis años, veo que hay muchos momentos realmente especiales: el año en el que viaje con mis padres a España a conocer a mi familia paterna; cuando las primas fuimos en un gran viaje a Disney World, que aunque estuvo salpicado por una pequeña riña de niñas caprichudas, no deja de ser uno de las semanas mas emocionantes que recuerdo; el año en el que salí del colegio, porque significaba la libertad, un nuevo capítulo, una nueva etapa; el año de mi noviazgo y de mi preparación de boda, fue particularmente especial, porque fue escribir, ya no un nuevo capítulo, sino empezar un nuevo libro. 

Creo que mis años están llenos de pequeños momentos, porque, en sentido general, pienso que he sido muy feliz a lo largo de toda mi vida y que tengo muchas grandes y especiales épocas dignas de ser recordadas y contadas. Pero el verano del 90 fue como llegar a un nuevo mundo, entrar a una nueva etapa. Era como volar, era la libertad; fue descubrir los amigos que me acompañarían durante gran parte de mi vida. Recuerdo los domingos en la piscina del club, divirtiéndonos como niños pequeños, pasándola como enanos. Fuimos cada domingo de aquel verano, y la verdad es que no hacíamos mucho mas que bañarnos, comer club sándwich, tarta helada o sándwich de helado, beber piña colada, fruit punch, Coca Cola o Seven Up y hablar tonterías, pero en esos momentos éramos tan libres e inocentes; no había malicia, no habían malas intenciones...éramos eso: amigos. Aunque de esos amigos salió el que me acompañaría toda la vida, el que estaría junto a mi “hasta que la muerte nos separe”. No sin duda digo que serían los amigos que me acompañarían durante gran parte de mis días. Las tardes en mi casa también eran especiales, nos sentábamos largas horas en la galería, escuchábamos música, jugábamos y hablábamos; en algunas ocasiones llegaban mis primos y se mezclaban con nosotros y otras veces salían los planes más súper mega emocionantes: ir al cine o salir a cenar comida chatarra. Vuelvo a decir, no había malicia, no teníamos Tuitter, ni facebook, tampoco teníamos celulares, sólo nos teníamos unos a los otros, nuestro tiempo y el deseo de pasarla bien con cualquier tontería. 

Aquel año cambié de universidad, un nuevo reto, una nueva oportunidad, porque con la primera no había dado “pie con bola”, y en mi cambio me lleve a mi mejor amigo, hoy mi querido esposo. Juntos decidimos iniciar ese nuevo camino, como años mas tarde decidimos iniciar el camino al altar. 

Verano del 90, sin duda uno de los mejores veranos que recuerdo, al que me gustaría volver de vez en cuando por la sensación de libertad, amistad e inocencia que encierra... 

Estoy de vuelta y espero quedarme, hasta la próxima...

lunes, 9 de abril de 2012

Pequeñas cosas...


Nos pasamos la vida esperando que nos sucedan grandes cosas; nos pasamos la vida soñando, imaginando, queriendo, buscando; nos centramos en lograr, en tener, en encontrar, sin darnos cuenta que la vida es eso que nos va pasando mientras hacemos otros planes, como dijo John Lennon; no nos damos cuenta que vivir es disfrutar de las pequeñas cosas que nos suceden a diario.

Vamos viviendo el día a día y no nos detenemos a ver el mundo que nos rodea, no nos centramos en lo cotidiano, en lo diario, en lo pequeño, que al final es lo que mas falta nos hace.

Ayer me acordaba de una conversación trivial, sin importancia aparente, hace ya muchos años cuando aún vivíamos en nuestro pedacito de tierra. Estábamos en mi casa la tía Angie, Amelia, Flobre, Maru, Jose y yo; la tía Angie peinaba el pelo de Maru sobre mi cama, mientras yo jugaba con Amelia y Flobre y Jose estaban por el balcón; recuerdo que la tía Angie dijo "Maru, cuando seas mayor nos vamos a acordar de estas tardes que pasábamos juntas, jugando y peinándonos" A esos momentos me refiero, a esos que no duran nada, a esos que parecen no tener importancia, a esos marcan la diferencia en la vida. Hoy, ese instante vivido entre tías y primas es difícil de repetir, difícil de vivir, porque la realidad es la que es y la distancia es la que manda.

Cuando sueño con mi tierra, cuando pienso en mi gente, cuando me acuerdo del pasado, no me vienen a la memoria grandes eventos; son esas tonterías, esos pequeños grandes instantes los que hacen que llueva en el alma.

"Las pequeñas cosas de todos los días, son las grandes cosas que tengo en la vida..." canta Miriam Hernández, y hoy como mañana, cada vez que vuelva al pasado recordaré los paseos en familia, las riñas con mis hermanas, las albóndigas de la tía Lourdes, las tardes de juegos con mis primos, las veces que lloré y las veces que reí cerca de los míos, los refrescos rojos que me tomé, las galletas de soda con café, los viajes a Sederias, los bizcochos de la tía Carmen, las tardes de mi niñez en Villa Duarte, la sonrisa de mis hijos y cada uno de mis sobrinos, los jueves de estreno, las reuniones de familia y la juntadera con los amigos...en fin, esos pequeños instantes, que en su momento, no le damos importancia pero que son los que se quedan en nuestra memoria y a los que solemos recordar y llamamos "felicidad". No se compran, no se venden, se viven, se disfrutan, se recuerdan y, a veces, al recordarlos, se lloran.

martes, 3 de abril de 2012

Semana Santa...

Semana Santa y yo en el salón de mi casa, arropada hasta la cabeza, pensando en el clima de mi terruño, la brisita de cuaresma que le llamamos nosotros y todos sabemos cuál es, de hecho, podemos, los que estamos lejos, recordarla como nos acaricia mientras nos deja una sensación de calor.

En días como hoy no puedo dejar de pensar en nuestro itinerario familiar de estos días, que para nada incluía salir fuera de la ciudad; al contrario, preferíamos quedarnos en casa y disfrutar de la tranquilidad de mi Santo Domingo que se quedaba vacío y en silencio.

Los jueves se trabajaba hasta el mediodía, y de ahí traje de baños y piscina toda la tarde y durante los días siguiente. El viernes tocaba piscina con los primos en Casa de España o en casa de Tico y Vanessa; mis hijos cada vez que se acercan estos días recuerdan esas horas en la mini piscina en la casa del tío Tico, mientras los adultos comíamos habichuelas con dulce.

Los viernes santo teníamos el almuerzo en casa de mis suegros, donde no faltaba el pescado frito en escabeche, menú obligado en la mesa ese día. Para mi suegro el pescado frito era al viernes santo, como la pierna de cerdo a la Nochebuena y el Año Nuevo.

Los sábados santos, además de pasarnos el día entre una piscina y otra y de una casa a otra, nos tocaba hacer la vigilia junto a los hermanos de comunidad; para completar nuestra Semana Santa familiar, los domingos nos pasábamos el día en el club disfrutando de nuestro último día de vacaciones, hasta que llegaba la hora de ir a misa a celebrar, siempre en familia, la pascua de resurrección; si apetecía nos íbamos con nuestros hermanos de comunidad a cenar y si no, nos marchábamos a casa a prepararnos para empezar la jornada laboral.

Aquí nos ha tocado adaptarnos a las circunstancias y a acomodar nuestras vacaciones, tratamos de hacerlas mas llevadera y cada vez parece menos difícil el camino, aunque la soledad parece aplastarnos en días como estos.

Semana Santa esta aquí y mis recuerdos están allí, y aún cuando he aprendido a disfrutar estos días, no dejo de añorar esos pequeños grandes momentos llenos de amigos y familia. Asturias sigue siendo tan grande como cuando llegue y yo sigo siendo muy pequeña.

Feliz Semana Santa!!!

jueves, 8 de marzo de 2012

Feliz día de la mujer...

Alguien escribió:

Las niñas vienen en cinco colores: negro, blanco, rojo, amarillo y café, pero usted siempre obtiene su color favorito al hacer el pedido. Para ellas no existe la ley del precio; hay millones de niñas pequeñas, pero cada una es tan valiosa como una joya. Cuando las crea el cielo, se utiliza parte de la materia de las criaturas de la naturaleza: del ruiseñor los cantos, de la mulita la terquedad, del monito las monerias, los brincos del saltamontes, la curiosidad del gato y añádele la mente incomprensible y misteriosas de la mujer.

Ella puede ser la más cariñosa del mundo y también la mas necia. Se le encuentra brincando, cantando y haciendo toda clase de ruidos que le enojaran; cuando le llaman la atención se queda quietecita, humilde y con ese brillo celestial en su mirada. Ella es la inocencia jugando en la tierra, la belleza echando maromas y también la mas dulce expresión del amor cuando arrulla y duerme a su muñeca.

Una niña nace con un brillo angelical del que siempre queda suficiente luz para robarnos el corazón, aunque se siente en el lodo, llore a todo volumen, haga una rabieta o camine por la casa presumiendo con las ropas y zapatos de mamá.

Le encantan los zapatos nuevos, las muñecas, los helados, los vestidos domingueros, los adornos para el cabello, el kinder, los pajaritos, la niña del vecino, jugar a la casita y la tiendita, el baile, los cuentos de hadas, el maquillaje y el perfume. No le gustan los perros grandes, ni los niños, ni que le peinen el pelo. Es la más ruidosa cuando usted piensa en sus problemas, la más bonita cuando le ha hecho desesperar, la más ocupada a la hora de dormir, la más seria e irritable cuando quiere lucirla a su visita y la más coqueta cuando usted ha resuelto que, definitivamente, no volverá otra vez a salirse con la suya. Nadie da mayor disgusto o alegría, o el más legitimo orgullo, que esta mezcla de Caperucita Roja y Mickey Mouse.

Por todas esas niñas que algún día serán mujer; por todas esas niñas que juegan a las muñecas y sueñan con el maquillaje, los bolsos y los zapatos altos.

Por la mujer profesional, trabajadora y por la que se queda en el hogar; Por el ama de casa que es madre, esposa, amante, mujer, psicóloga, economista, administradora, profesora, chófer, hermana, amiga; por la que es abuela, tía, madrina...

Por la mujer víctima de la violencia doméstica, por la mujer maltratada, humillada, mal pagada; por las niñas castradas.

Porque la mujer da vida a través de su vida, porque no se rinde, porque es el sostén del hogar y la piedra angular de la sociedad. Porque llora con las películas románticas, porque es sensible ante el dolor, porque le gustan las canciones de amor, porque es el sexo fuerte; porque "detrás de cada hombre hay una gran mujer" y porque si no puedes contra el mundo, únete a él:

FELIZ DÍA DE LA MUJER!!!

Me despido no sin antes decir, Mujeres del mundo mundial, parte del extranjero y zonas aledañas: Feliz 08 de marzo y mucho ánimo, porque algún día los 364 días restantes del año también serán nuestros!!!

martes, 14 de febrero de 2012

Feliz día de San Valentín


Llegó San Valentín!!!

Según Wikipedia San Valentín era un sacerdote que hacia el siglo III ejercía en Roma, cuando gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión, los solteros sin familia eran mejores soldados ya que tenían menos ataduras. El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador celebrando en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los enamorados). El emperador Claudio se enteró y como San Valentín gozaba de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamo a Palacio. San Valentín aprovecho aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo.

Aunque a principio Claudio II mostró interés, el ejército y el Gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le persuadieron para quitárselo de la cabeza. El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín.

El oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le reto a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y en nombre del Señor, le devolvió la vista. Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron el cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270. La joven Julia agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos.

Muchos piensan que este día se celebra desde hace poco y que surgió por el interés de los grandes centros comerciales, pero su origen se remonta a la época del Imperio Romano; aunque no podemos obviar que los comerciantes hacen "su agosto" un día como hoy.

San Valentín, día en el que las tiendas de chocolates, flores y peluches se quedan sin existencia, los restaurantes se llenan y facebook y twitter no dan a basto para publicar los mensajitos de amor. Se supone que hoy Cupido anda suelto disparando sus eternas flechas de amor por cualquier parte, que digo yo porque le da por salir sólo hoy y no lo hace todos los días; y es que hoy estamos todos felices, la mayoría recibe regalos y un "te amo"; hoy es obligatorio, así te hayas estado matando durante todo el año, regalar y recibir un regalo, si no es así somos capaces de sumirnos en la mas profunda depresión por culpa de la dichosa fecha.
Que les cuento que los que me conocen no sepan, no me gusta que me impongan nada y mucho menos un calendario. No digo que no me gusta recibir un regalo, pero es que es muy predecible que te lo den precisamente hoy y a mi me gusta que me sorprendan, y no hablemos de los típicos del día en cuestión: peluches, flores y bombones...seré poco romántica, pero mas bien me parecen regalos para salir del paso, claro como tenemos que regalarnos sí o sí, eso es lo mas sencillo.

Yo prefiero una flor cualquier día del año a un ramo de rosas el día de hoy, una nota en el espejo a una tarjeta con palabras rebuscadas, un te amo al oído cada mañana al regalo mas caro; prefiero sentirme amada todos los días a que me regalen una caja de chocolates con forma de corazón el 14 de febrero; prefiero escuchar a mi hija diciendo que somos muy viejos para ser tan cursis, porque continuamente nos decimos lo mucho que nos amamos y porque no es un regalo lo que demuestra este amor.

Igual soy la que se equivoca, igual es mucho llevar la contraria, pero soy yo y soy diferente. Tengo una amiga que todos los sábados se regala, nos regala y le regala a su familia un hermoso ramo de flores; cada sábado recibimos en nuestro chat y en el muro de facebook flores recién compradas que celebran el amor y la vida, que nos recuerdan que no necesitamos una fecha especifica para hacer esas pequeñas cosas que un día como hoy se suelen hacer de manera obligatoria.

Que no necesitemos un día para darnos amor, que no necesitemos una fecha para celebrar el amor, que no necesitemos que el calendario nos recuerde que somos consecuencia del amor.

Esta mañana, al despertar, publiqué en mi muro: A los Valentín y Valentinas, feliz día de su santo, a los que celebran el día comercial del amor, feliz día de San Valentín y para los que no nos llamamos Valentín, ni Valentina y no celebramos el día comercial del amor: FELIZ DÍA.

Que todos nuestros días sean 14 de febrero, que todos nuestros días sean San Valentín, que todos nuestros días celebremos el amor, la amistad y la vida.

Feliz día!!!

jueves, 5 de enero de 2012

Carta a los Reyes Magos...

Queridos Reyes Magos, para este año quiero que me traigan de regalo:

Unas botas de fútbol para patear los problemas, unas zapatillas de ballet para bailar al ritmo de la vida y unos tenis para correr rumbo a la felicidad; lápices para dibujar la paz, pinceles para pintar sonrisas, colores para dar color a los días grises y escarcha para hacerlos brillar; quiero una caja llena de rayos de sol para los días lluviosos y otra vacía para llenarla con los abrazos y besos de mis padres y abrirla cuando los necesite; quiero una vídeo cámara que retrate besos y grabe abrazos, por si algún día se me olvida cómo darlos; una televisión que no tenga políticos en sus programas, un diccionario con palabras de fe y esperanza y un periódico sólo con buenas noticias.

Quiero que la persona que amanece a mi lado nunca pierda la capacidad de reír y hacer reír y, como dice la canción de Roberto Carlos, quiero a mis hijos pisando firme, cantando alto y corriendo libres.

Y por último, les pido una bolsa de canicas y un juego de jacks para que mis pequeños entiendan cómo nos divertíamos antes de los vídeo juegos.

Creo que por este año ya he terminado, me despido de los tres hasta esta noche que nos veamos en la cabalgata, y por si no puedo hablar con ustedes, les deseo un buen viaje de regreso.

Feliz día de Reyes...