viernes, 10 de junio de 2011

Felicidad vs. Pobreza...

Cuantas veces he escuchado frases como: la felicidad no existe; no hay felicidad completa; la felicidad es una utopía; la felicidad nunca se alcanza; nunca he sido completamente feliz...así podría estar escribiendo frases en contra de la felicidad hasta el año que viene.

No soy quien para contradecir a nadie en su forma de pensar pero, en "Mi mundo según yo", la felicidad existe, está y se puede alcanzar si quieres. En mi humilde opinión diré que la felicidad es un estado de ánimo, una actitud frente a la vida, es mirar las cosas de manera positiva, es enfrentar la vida con filosofía. La felicidad es vivir y disfrutar de lo que tienes: si está lloviendo, deja que la lluvia te empape; si hace sol, disfruta de su luz; si esta nevando, ponte un abrigo y juega con los copos de nieve; si hace calor, viste camisetas y pantalones cortos y bebe mucha agua; si hace frío, abrigate; si estas en el campo, disfruta con el sonido de la naturaleza; si estas en la ciudad, sal al parque y disfruta del ruido de la gente; si estas en la montaña, respira profundo y dópate con su aire puro; si estás en la playa, camina por la arena, deja que el salitre penetre en tus pulmones y lo purifique, disfruta del agua salada. La felicidad, en resumen, es ver el vaso medio lleno, nunca medio vacío.

En los zarpazos de la vida me ha tocado pasar por momentos realmente difíciles; he vivido en la penuria, a veces, con un cartón de leche y una bolsa de patatas para una semana y dos hijos que alimentar; sin embargo, nunca me he sentido pobre, porque la verdadera riqueza no te la da el dinero, la verdadera riqueza esta en lo que no puedes comprar. Tengo manos que trabajan y escriben; brazos que abrazan; piernas que corren y caminan; fuerzas para luchar; ojos que pueden distinguir luz de oscuridad, lo blanco de lo negro; cuerdas vocales que me permiten hablar y cantar; oídos que pueden escuchar el ruido que me rodea; tengo hijos, esposo y familia que me quieren y a los que adoro; tengo amigos en casi todo el mundo, gracias al fb, que me saludan y me preguntan cómo estás.

Esto es la felicidad: vivir, correr, cantar, bailar, disfrutar; para todo lo demás está el dinero, que como dice mi suegra, esta ahí, sólo hay que encontrarlo. No es más feliz el que mas tiene, sino el que mas disfruta de lo que tiene...

Vamos a ser felices, vamos a sonreír, vamos a bailar, vamos a soñar, vamos a mirar al cielo y disfrutar de él, en definitiva vamos a VIVIR LA VIDA, que es "un ratico" como dice Juanes en su canción.

Sean felices y hasta la próxima...

jueves, 9 de junio de 2011

Momentos # 2...

Momentos dos: El primer beso.

Si me preguntan cuando surgió todo, no lo sé; éramos amigos desde hace tiempo, desde siempre, por lo menos así lo vi yo durante un buen tiempo, diez años, si queremos ser exactos; a pesar de lo mucho que insistieron mis amigas, mi hermana y hasta los que me conocían poco. Yo no lo quería ver, no me quería dar cuenta y él tampoco habría su boca para decir con palabras, lo que según el resto del mundo, gritaba con los ojos y con los hechos. Para mí, miradas y acciones no eran suficientes y así se lo hice saber en su momento; momento que ÉL desperdició, diciéndome un NO rotundo a la pregunta directa de: Flobre ¿Tú estás enamorado de mi? habla ahora o calla para siempre. No, pero no hablo, no en ese momento y mucho menos callo para siempre, esperó, el muy bendito a que yo tuviera novio para sentarme y declararme su amor. Quise matarlo, colarlo por las rejas de la galería, tirarlo a la avenida justo cuando viniera un camión, estrellarlo contra la pared hasta que se le abriera la cabeza como una sandía...osea, yo no le había dicho a él "habla ahora o calla para siempre" porque no hablaste, porque vienes ahora a mortificarme, porque me dices ahora lo que te callaste tanto tiempo, no ves que ahora no puedo hacer nada al respecto. Todo esto pasó por mi cabeza en cuestión de segundos, sentía el cielo caerse a pedazos sobre mi, el mundo abrirse a mis pies, quería que la tierra me tragara, porque aquel amigo al que tanto quería y al que no quería hacerle daño me estaba partiendo la vida en dos con aquella declaración; no ves que ya tengo novio, le gritaba sin palabras, y no, no me atreví a contarle nada, en vez de ello, trate de ocultarle aquel noviazgo alejándome de él; se dio cuenta de mi lejanía y de mi noviazgo, y con la voz entrecortada una tarde me dijo "...no te alejes, por favor, sólo te pido me dejes estar al lado tuyo, como amigo, nunca mas tocaré el tema si no quieres, pero no me alejes de ti, por favor...".

Todo esto sucedió en 1990; aquí empezó un camino, a veces color rosa, a veces color de hormiga, de novios, amigos y enamorados que iban y venían, mientras él se mantenía un paso detrás, a veces, y otras a la vera, como dice Juan Luis Guerra en una canción, dándome apoyo, haciéndome compañía, siendo ese amigo que había prometido ser. Nunca mas hablamos de aquello, en cambio continuamos con una amistad, que tendía a tener grandes altas y profundas bajas; peleábamos, nos enfadábamos, reñíamos, reíamos y llorábamos juntos, como amigos, sólo como amigos. Supimos estar grandes periodos de tiempo sin hablarnos, bueno, sin hablarle yo a él, que para eso me doy bien...amigos, sólo amigos, con todo lo bueno y todo lo malo que esto puede tener...

Así estuvimos hasta 1996, cuando, por alguna extraña razón la relación cambió. Empezamos almorzando "los tres mosqueteros" todos los viernes; de ahí pasamos a almorzar él y yo sólo todos los días, luego él iba a buscarme al trabajo para llevarme a casa, y poco a poco surgieron las llamadas todas las mañanas a la misma hora, las largas conversaciones por teléfono; después vinieron los largos paseos solos, para ver el atardecer, comíamos helados, mirábamos el mar, contábamos cepillos y hacíamos figuras con las nubes, a veces agarrados de la mano, a veces sentados uno al lado del otro, a veces el con su brazo detrás de mi espalda; así poco a poco la relación se fue estrechando, nos hicimos mas cómplices, si cabía, empezamos a mirarnos de manera diferente, o por lo menos YO, empecé a mirarlo de manera diferente, nos empezamos a hacer falta y a hacernos indispensables uno al otro.

Se nos empezó a ver mas tiempo juntos, y la gente volvió a hablar, a comentar, ahora no solo los amigos y mis hermanas, ahora se le habían unido primas, madre, tías, etc., etc., etc. Pero todo seguía su curso, yo no escuchaba a nadie, estaba viviendo un momento en mi vida, un momento de tranquilidad y armonía, y lo estaba disfrutando al máximo, me sentía una adolescente otra vez, me sentía como una niña enamorada...aunque aún no lo quería ver.

Salíamos, hablábamos, caminábamos y pasábamos largo tiempo en su coche, a veces hablando tonterías, otras muchas en silencio; yo me recostaba sobre su hombro, y a veces dormía, muchas veces dormía. Pasaban los días, las semanas y los meses, y yo pensaba, ufff!!! en cualquier momento me besará, Dios mío!!! y yo que voy a hacer llegado el momento??? surgía una mezcla de ilusión y miedo: si me besaba todo cambiaría, para bien o para mal, todo terminaría o todo seguiría, la incertidumbre me acosaba, y la espera del primer beso me ilusionaba. Ya lo he dicho, como una adolescente, lo disfruté y lo viví como una adolescente.

Pero el primer beso no llegaba, él no se decidía, no daba el paso, por vergüenza, por miedo a mi reacción, ve tu a saber, el caso es que el paso no lo daba. Recuerdo una noche de esas que nos quedábamos en el coche sin apenas hablar, estacionados frente al puerto, estaba recostada sobre su hombro y levanté la cabeza, y como en novelita rosa, me encontré con sus ojos negros, grandes y llenos de luz y con su boca muy cerca de la mía, pensé en besarlo, en dar yo aquel paso, que era evidente que, tarde o temprano, tendríamos que dar uno o el otro. Pero NO, soy yo mucha Mari, soy yo mucha mujer y soy yo mucha dama; NO, NO, NO!!! ese paso le correspondía a él, porque cómo si no le iba a cachetear si no me gustaba; no, no, no, a currárselo papito, que esto no es "Renault Ocasión".

Seguíamos saliendo y yo seguía esperando y el seguía sin decidirse. Una noche nos fuimos al cine, luego a cenar y antes de regresar a la casa, nos quedamos en el coche, en nuestro lugar de siempre, frente al puerto; puedo describir cómo andaba vestida, puedo enumerar los accesorios que tenía, puedo decir, incluso, el color de lápiz labial que llevaba aquella noche. Llegamos al puerto, nos estacionamos y luego de un ratito hablando, me recosté sobre sus brazos, el me cogio y me sostuvo entre ellos de cintura para arriba, de modo que yo quedé mirando hacía él; cerré los ojos y algo me dijo en ese momento: ábrelos, incorpórate y límpiate el pintalabios, porque lo que viene a continuación lo requiere; así lo hice y volví a mi posición anterior y cerré los ojos de nuevo; de repente llegó el momento tan esperado para los dos, de repente se decidió, se lleno de valor y me besó...hizo una pausa y me miró, yo lo mire y le devolví el beso; nos besamos y cuando terminó aquel beso, solo me dijo: pensé que me ibas a cachetear...volví a besarlo y marchamos pa' casa, ahora sí, sin hablar, sin apenas mirarnos, llegamos, salí y me despedí con un "hasta mañana" sin mas, sin besos, sin mirada, sin nada, con los pies en las nubes y tonta del todo como niña de 15 años...

Dicen que el primer beso no se olvida, y yo digo que depende de qué primer beso se hable, porque ni de coña este fue mi primer beso, eso sí, fue el primer beso que me dieron en el que sentí que de verdad me amaban, que de verdad yo era importante para aquella persona, que de verdad era cierto que yo era su amor y que él, de verdad, sólo quería que yo fuera feliz. De aquel día ha pasado tiempo ya, y créanme, sigo disfrutando cada beso como el primero, y como dice una canción de Manolo Escobar "...por un beso que le dí en el puerto, me siento metido en esta prisión, si lo llegan a saber mis huesos, le lleno de besos hasta el corazón..."

A partir de aquí, surge otra historia, porque a mi querido Flobre no se le allanó el camino, NO, se tuvo que seguir esforzando y tuvo que seguir luchando, aunque ya le dejaba agarrarme de la mano y besarme, siempre y cuando no fuera en publico...pero esto es material de otra historia, quizás para momentos #3 me decida a contarlo...quizás...

domingo, 5 de junio de 2011

Nostalgia, morriña...llamalo "x"

Hoy me asaltó la nostalgia sin pedir permiso y sin llamar a la puerta...

Esta mañana me dio por escuchar aquellas canciones con las que crecí; aquellas que mi padre ponía cada domingo después de misa, mientras mi madre se ocupaba del almuerzo y mis hermanos y yo jugábamos en la terraza; aquellas que ayer sonaban de adultos y que hoy me invitaron a recordar...

La vida era simple, entonces. Todavía no nos había enseñado que, a veces, vivirla puede llegar a doler; todavía no habíamos aprendido que se podía sufrir; todavía no habíamos descubierto que los huracanes te pueden dejar sin la casita con techo de zinc, que las llamas no sólo están al otro lado del televisor, que se llevan consigo tu espacio y tus juguetes y que la enfermedad y la muerte están siempre muy cerca y no respetan edad, sexo, ni condición.

La vida, aún no tenía complicaciones; la vida aún no nos había dicho que los océanos suelen ser muy anchos, que el cielo no está solo para hacer dibujos con las nubes y que el pájaro de acero que ves cruzar sobre tu cabeza no siempre que quieras lo puedes usar.

La vida era sencilla, todo se resumía a largas tardes de domingo que comenzaban al son de Julio Iglesias, Camilo Sesto o Lolita y terminaban en la casita humilde con el techo de zinc, comiendo pan dulce o galletas con leche condensada. La vida todavía no nos había enseñado que existen las despedidas y los grandes cambios. La vida, todavía no se había llenado de agua y de lágrimas.

En la entrada anterior dije lo que en esta vuelvo a repetir, que mi vida ha estado marcada por grandes cambios y eternas despedidas; bastaron pocos años para aprender la mayoría de estas cosas; bastaron pocos años para entender que el mundo no siempre es del color que te gusta; bastaron pocos años para que la vida sencilla y simple se volviera complicada; bastaron pocos años para aprender que la vida te cambia en un sólo minuto, en un abrir y cerrar de ojos...

No se puede vivir en el pasado, pero lo que soy hoy es consecuencia de ese pasado, y el pasado llega sin avisar, se estaciona y, a veces, duele. Esas canciones están grabadas en un cd, lo que no sé es si seré capaz de escucharlas sin que llueva en el alma y sin viajar hacia atrás en el tiempo, directo y sin escala y llegar a aquella terraza a jugar con mis hermanos, mientras se escucha en el "pico" 33 años de Julio Iglesias, cuando la vida, aún, era tan simple...

viernes, 3 de junio de 2011

Al finalizar el año...

Ya termina el año de catequesis, a algunos los seguiré viendo el año que viene y otros harán la comunión este año. Durante dos años sueñan con el gran día, con el traje y con la fiesta y nosotros los catequistas les acompañamos preparándoles para que, ese día, puedan recibir la comunión con un mínimo de conocimiento de lo que esto significa; esa es nuestra misión, para eso nos lo encomienda Santiago y nos los dejan sus padres, para que les guiemos y preparemos para el día mas esperado a su corta edad: Su Primera Comunión.

Llega el gran día y nosotros lo disfrutamos en tercera persona, de lejos, en la distancia les vemos a ellas vestidas de blanco como palomitas y a ellos con sus trajecitos de marineros o de almirantes, cuál pequeños soldaditos, se ven hermosos y llegan con tantos nervios que mejor es que nos le acerquemos lo menos posible, porque ese día, Señora catequista, no estamos en usted. Los padres nerviosos, van de aquí para allá, tratando de tomar la mayor cantidad de fotos posibles, para no dejar escapar ningún detalle de tan esperado día. Van llegando, uno a uno, los familiares de los niños que llenan la iglesia, que ese día parece sonreír al ver a tanta gente reunida entre sus paredes. Empieza la ceremonia, los niños desfilan, Santiago da la bienvenida, los catequistas les dirigen unas palabras a los padres y a sus niños, el coro canta...en fin, que la comunión transcurre en un ambiente de fiesta, su fiesta.

Esto sucede cada año entre los meses de mayo y de junio, y así como es el momento culminante de dos años de catecismo, también es un momento de despedida, los catequistas nos despedimos de esos cuatro, cinco o seis niños que durante una hora semanal tuvimos durante esos dos años; niños con los que compartimos risas, riñas, ocurrencias, historias, anécdotas; nos cuentan sus vidas, nos hablan de sus padres, sus hermanos, tíos, amigos, abuelos...

Ayer, durante la actividad de fin de año, mientras se divertían jugando, me quede pensando lo difícil que es decir "hasta luego" cuando sabes que a la mayoría no les volverás a ver. Recordé lo que lloraba al finalizar cada año escolar, cuando tocaba que mis hijos cambiaran de profesora, esa a la que yo, como madre, le había cogido cariño y le había entregado mi pequeño gran tesoro; y me pongo a pensar, que si como madre es difícil y como catequista también, que será de aquellas personas que están con esos pequeños durante ocho horas, cinco días a la semana durante nueve meses de clases; porque yo si estoy segura que sería una de esas profesoras, que al llegar las vacaciones se me hincharían los ojos, y no precisamente por la alergia, cuando viera a todos mis pollitos dejar mi aula y pasar a otra.

Es paradojico, nunca me han gustado las despedidas, ni los grandes cambios, sin embargo, puedo resumir mi vida como una vida repleta de grandes cambios y llena de despedidas...

Nada, chicos, que se les echara mucho de menos...feliz día de comunión, espero que el cielo les bendiga con un sol radiante y disfruten mucho de ese día, hasta pronto...

jueves, 2 de junio de 2011

Momentos #1...


Es bueno recordar y mas si son momentos felices, esta mañana dije que hoy escribiría, porque esta mañana recordé uno de los tantos momentos vividos y disfrutados a tu lado. Cursi, sí, igual no me importa, este es mi blog y puedo escribir en él cuantas tonterías se me ocurran...para eso es mío y por eso es "Mi mundo según YO".

Hoy me remonté a uno de tantos días de semana que me invitaste a salir. Aquella noche, sin previo aviso, me llamaste y me dijiste "¿que haces?..., anda, cambiate y vamos a dar una vuelta..."; sin mas, lo avisé a mis padres, que no tenían mayor problema en que saliera contigo, me vestí y llegaste a buscarme.

No me llevaste a un restaurant, no me llevaste a un café, no me llevaste al cine, no me llevaste a comer helados. Esa noche estacionaste el coche frente al puerto de San Sousi, bajamos y caminamos un rato; era noche estrellada y la luna estaba hermosa, las luces del otro lado se reflejaban sobre las aguas; nos quitamos los zapatos y nos sentamos a hablar, de repente te levantaste, abriste el baúl del coche y, de una nevera de playa azul con blanca, sacaste una botella de sidra y dos copas, me quedé a cuadros, me parecía estar en una escena de una telenovela de estas que veía de adolescente, o en una película romántica, de estas que ponen a soñar a las niñas. Solo atiné a preguntar, "...y nosotros qué celebramos..." tu sólo respondiste "...nada, celebramos que estamos juntos..."

Que por que te quiero preguntas a veces; son tantos los motivos que no sé por donde empezar. Te quiero porque mi vida a tu lado es tiempo ganado; te quiero porque supiste llegar y te supiste quedar; te quiero porque luchaste, aún sabiendo que podías fracasar; te quiero porque me supiste esperar; te quiero porque me enseñaste a confiar, porque me enseñaste a creer; te quiero porque me enseñaste que el verdadero amor si existe, porque me enseñaste que podía amar sin salir herida; te quiero porque eres, porque estas; te quiero porque mi vida a tu lado esta llena de pequeños momentos que valen la pena recordar; te quiero porque estas lleno de detalles; te quiero porque, desde que te conozco, mi vida es menos aburrida, y, porque sencillamente, no conozco mejor forma de terminar mis días...

Feliz segundo día del sexto mes del año 2011...