martes, 26 de febrero de 2019

Tanto tiempo sin venir...


Otra vez estoy por aquí, mucho tiempo sin venir. Esta vez no voy a echarle la culpa a la falta de inspiración, ni a la musa que esta de viaje. Esta vez la culpa la tiene estar ocupada, más bien no tener tiempo, porque ocupada siempre estuve, que entre la casa, la cocina y los niños, tampoco era que iba sobrada de horas al día

Pero esos niños que dependían de mí, o yo de ellos, ya no me necesitan tanto. Se han hecho grandes y ya mami no es tan necesaria. Entonces salí al mundo otra vez a aprender lo que me gustaba, a adquirir técnicas de lo que me apasionaba. Señores, que estoy como cuando salí del colegio, explorando, formándome, adquiriendo nuevos conocimientos. Porque, como alguien dijo por ahí, el que no avanza se estanca, y a casi mis cincuenta años, tocaba reinventarse y es, cuando de mi hobby, decidí hacer una profesión. 

En estos meses he vuelto a estudiar, a tirar páginas para la izquierda, a recordar esa adrenalina antes de un examen, a vivir la frustración al pensar que no me fue como esperaba y la alegría al comprobar que las cosas no han cambiado tanto desde que estudiaba en la universidad, y que ese examen que pensé había suspendido lo aprobé y con buenas notas…lo que sí ha cambiado, me imagino que la madurez tiene algo que ver, es que ya no lloro, ni me da por tirar la toalla, cuando saco un 6 en vez de un 9 o un 10. En fin, que, como decía Sor Rosa, en la vida renovarse o morir. 

Ahora estoy en casa, otra vez, no sé por cuánto tiempo, hasta que encuentre otro curso, o algo que hacer. Trabajo lo he descartado, por alguna razón, España no cree que sea buena para trabajar, pero siempre puedo soñar con emprender, aquí, allá, vaya usted a saber. 

En lo que hago mi sueño realidad, armo proyectos que quizás no se den jamás, pero como dice José Mota “y si sí” y yo trabajo para ese "y si sí", porque siempre hay una posibilidad, tal vez mínima, remota, pero posibilidad al fin y al cabo. Mientras, seguiré haciendo magia, como me gusta decirle, con harina, azúcar y huevos y seguiré engordando a mi marido, mis hijos y mi vecina y mortificando un poquito a mis cuñados, que sufren con cada dulce, postre, tarta, bizcocho y galleta que hago, mientras sueño, espero y aspiro algún día poder hornear también para ellos, y es que tengo la certeza de que el amor se teje y también se hornea. 

Trataré por todos los medios que tengo no desaparecer por tanto tiempo, porque a mí, a parte de leer, hornear y tejer, también me hace falta creer que escribo y pasar por aquí y soltar una de mis tonterías me hace sentir escritora y también liberada. 

Haré todo lo posible por seguir dando la tabarra con mis historias y mis anécdotas; volveré a "una historia, una canción", que todavía quedan muchas canciones en nuestra banda sonora y muchos momentos vividos y disfrutados buenos para compartir. Convertiré mis hobbies o pasiones, depende como se mire, en entradas al blog, así también voy dándole vida a mis galletas y a mis gumis. En fin, que seguiré caminando por aquí, aunque lo haga de cuando en vez y de vez en cuando.

Hasta la próxima, y, en lo que el hacha va y vine, yo sigo horneando, tejiendo y leyendo.