sábado, 27 de febrero de 2010

Fiesta patria y Carnaval...to' junto!!!

Nuestra Bandera

…día de Carnaval y la Independencia Nacional. Mi país está de fiesta, hoy cumple 166 años de su independencia. 166 años de aquel famoso trabucazo de Mella, y de aquella primera vez que nuestra bandera ondeara libre, bella y tricolor. Nuestros colegios nos enseñan a amar a la patria, a respetar sus símbolos, a cantar nuestro himno y a amar a nuestra bandera. No le damos importancia a esto hasta que, como yo, llegas a un país en donde no se enarbola una bandera antes de empezar un día de clases, donde tocar el himno está condicionado a la presencia del Rey, y donde el himno no se puede cantar a todo pulmón, porque sencillamente es un himno sin letras. Es cuando te das cuenta de lo hermoso que ese acto al que, cuando ibas al colegio, nunca le diste mucha importancia y te resultaba tan cansino.

Careta de Diablo Cojuelo

Hoy mi país está de fiesta, en las casas cuelgan nuestra bandera tricolor en los balcones; los colegios se llenan de actos patrios; y las calles se llenan de desfiles patrios, música, disfraces y caretas de carnaval. Si, porque así somos los dominicanos, celebramos nuestro carnaval cuando ya todos los demás han terminado, y no va precediendo a la cuaresma como en el resto del mundo, va acompañando a nuestra fiesta de independencia. En estas fechas los dominicanos disfrazamos nuestras penas y salimos a disfrutar de un sinfín de personajes, hermosos y llenos de colorinos; acompañados de un gran desfile de carrosas y comparsas en el malecón al ritmo de merengue y, con los robalagallinas, los papeluses y los diablos cojuelos repartiendo “vejigazos” con sus globos y sus látigos. Somos ricos en personajes y sus trajes son alegres, llenos de luces y de colores, como nosotros; Estamos llenos de tradición, de fiesta y ridiculizamos nuestra situación metidos dentro de estos trajes. Los colegios hacen fiestas; en los clubes sociales y deportivos se organizan concursos de comparsas; y nosotros, los civiles, ponemos nuestra creatividad a correr, vistiéndonos de diversos personajes, para celebrar esta fiesta por todo lo alto. Así, nuestra independencia se celebra con música y disfraces; junto al discurso del Presidente y a un desfile militar super aburrido. Felicidades República Dominicana por 166 años de “libertad”.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Materia: Geografía...

A ver, mis queridos compatriotas españoles, ya lo expresé en mi facebook, pero creo que no ha bastado. Shhhh, no se lo digan a nadie, pero es que ¡¡¡¡YO NO SOY SUDAMERICANA!!!! Vamos a hacer una cosa, vamos a coger un mapa de América, y nos fijaremos en que ésta esta dividida en: América del Norte, o Norteamérica formada por: Canadá, EEUU y México, su gentilicio es norteamericanos; América Central o Centroamérica, sus paíse son: Guatemala, Bélice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, su gentilicio es centroamericano; América del Sur o Sudamérica, compuesta por: Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam, Guayana Francesa, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Argentina y Uruguay, y su gentilicio es sudamericano; jamás, pero jamás de los jamases sudacas, porque esto es muuuuy despectivo y ustedes, queridos compatriotas españoles, son muchos los “sudacas” que tienen de aquel lado, porque anda que no han emigrado ustedes a América, nada mas y nada menos que desde 1492, cuando, según la historia, la descubrieron, como si hubiese estado cubierta por un paño, cual bola de harina esperando a fermentar; aparte de éstas Américas están las Antillas Mayores, formadas por: Cuba, Jamaica, Haití y Rep. Dominicana, y Puerto Rico; y las Antillas Menores formadas por: Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, y Trinidad y Tobago. Este hermoso archipiélago de bellas playas está situado en el Mar Caribe; el gentilicio de los nacidos en éste archipiélago es antillanos. Yo nací en República Dominicana, una isla perteneciente a las Antillas Mayores y que comparte territorio con Haití; si nos basamos en lo dicho en el párrafo anterior, y siguiendo en la geografía, yo soy: dominicana, porque nací en la República Dominicana; caribeña, porque la isla en la que nací está bañada por el Mar Caribe; antillana, porque nací en una isla de las Antillas Mayores; latinoamericana, porque pertenezco a un país de América Latina; o americana porque nací en el continente llamado América. No tengo nada en contra de los sudamericanos, al contrario, me encantaría conocer cada uno de los países que la conforman; pero es que, como dije ya, YO NO SOY SUDAMERICANA, y mucho menos ¡¡¡SUDACA!!! O ¿a ustedes, le da lo mismo que le digan gallegos siendo asturianos; o andaluces siendo madrileños, o vascos siendo catalanes?; ¡¡¡perdón que es catalanes y vascos no son españoles!!! Verdad que no es bueno que nos llamen cualquier cosa. Entonces empecemos por estudiar un poquito de geografía, y continuemos por dejar el tono despectivo de “sudacas” a todos los que venimos del otro lado del charco, porque recuerden y sólo recuerden, que ustedes empezaron a emigrar a nuestra hermosa América, antes de nosotros inmigrar a este país; de hecho, mucho de sus inmigrantes “sudacas” son, precisamente, los hijos de aquellos españoles que se fueron a “hacer las Américas”… ¡¡¡Hasta la próxima!!!

lunes, 22 de febrero de 2010

Gracias por tanto, gracias por todo…

Tengo días tratando de hacer esta entrada para mi blog, desde el cumple de mi padre exactamente, un mes atrás; las palabras no me salen, la musa no se manifiesta; hay tantas cosas que quisiera decirles, y las palabras no fluyen, no salen, brillan por su ausencia. Me surgen para otros temas. Tal vez, es que tengo tantas cosas que decirles, tantos sentimientos que expresarles, que no me sale nada de nada. Gracias por ser esos seres maravillosos que me dieron la vida; gracias por haber forjado mi carácter, mi corazón y mi alma; porque gracias a ustedes, hoy soy quien soy, una madre dispuesta a morir por sus hijos, igual que ustedes. Gracias por cada una de esas noches sin dormir, mientras me cuidaban; gracias por cada llamado de atención, por cada nalgada o cachetada, que me distes, porque sé que me las merecía; gracias por cada sonrisa, por cada abrazo, por cada palabra de cariño. Gracias por hacerme sentir segura dentro de mi casa, protegida, salvaguardada de cualquier peligro. Gracias por tanto amor dado a borbotones, sin medida, sin quedarse nada para ustedes. Gracias por enseñarme a levantarme cada vez que caí, porque nunca me dejaron sumirme en mi propia porquería, porque me enseñaron a sacar lo mejor de mí. Gracias porque hoy enfrento la vida con valentía; porque hoy me levanto tantas veces como caigo; porque hoy sonrío a pesar de las dificultades.
Papi, de manos grandes y ojos tristes. Alto, delgado y guapo; trabajador, madrugador y deportista. Que puedo decir de ti, que no suene repetitivo en boca de una hija. Eres un ser excepcional y maravilloso; de carácter amable, hasta que te enojas, ¡¡¡uyyy Cuando te enojas, cómo te enojas!!!, pero aún así, enojado, eres bueno y cariñoso. Padre amoroso, abuelo consentidor y suegro admirado y querido. Eres un ejemplo a seguir; me enseñaste que puedes querer a los demás, aún cuando los demás te hacen daño y te insultan; de ti aprendí la palabra honestidad, responsabilidad, amabilidad, sencillez. El que te conoce, no puede evitar quererte y admirarte, porque así eres tú. Pareces niño chiquito, cuando llegas los domingos del fútbol, todo lleno de lodo y con unos cuantos moretones en la piel; mami te riñe, pero tu ya te divertiste, y si a juzgar por el sucio que llevas, te divertiste mucho bastante. De pocas palabras, y a veces de pocos oídos, creo que es ahí donde radica el secreto de tu éxito.
Y tú, mami, que te digo a ti: me enseñaste a ser fuerte, a enfrentarme a la vida con decisión y coraje. Como dice la canción de Amaya, me cosiste las alas y me enseñaste a volar. Sabes lo que me pasa, sólo con mirarme, sin necesidad de palabras. Eres un remanso de paz, un oasis en el desierto, una bocanada de aire, el agua cuando tienes sed. Todavía hoy, así de grande como soy, necesito de tus brazos cuando estoy mal, necesito tus besos cuando la situación se torna difícil, necesito tus manos para levantarme cuando caigo; y es que tus abrazos calman mis temores, tus palabras tranquilizan mis inquietudes y tus besos me llenan seguridad. Siempre has impulsado mi motor, me enseñaste, que por fuerte que vienen los vientos, hay que soltar amarras y navegar, salir adelante, salir a flote; que la vida hay que vivirla con una sonrisa y con actitud positiva, pase lo que pase, nos golpee por donde nos golpee. Eres hermosa, tienes los ojos grandes y muy negros, tan grandes que a veces parecen se salen de la cara, y cuando me miran me llenan de luz; tienes el aroma de las flores, del campo, de la primavera; al igual que papi, eres un ser fantástico, lleno de bondad y de perdón hacia los demás; eres la persona mas valiente que conozco, cuando estoy mal, pienso en ti y todo pasa.
Hoy más que otros días necesito poder abrazarlos, necesito un beso y una palabra de cariño. Hoy estoy muy lejos, y ni el Internet, ni las cámaras pueden hacerme sentir cerca. Hoy quisiera ser pequeña otra vez, y como cuando era niña y veía fantasmas, sentirlos en mi cama diciéndome que todo esta bien, que nada me va a pasar. Hoy me abrazaré a mis hijos y les haré sentir que todo está bien, que nada puede pasarles mientras mami esté con ellos. Feliz cumple mami, recibe un abrazo y un beso, y feliz cumple papi, atrasado, sí, pero es que mi musa estuvo de vacaciones… Gracias por todo, les quiero mucho!!!

viernes, 19 de febrero de 2010

Mientras mas conozco a las personas.....

....más quiero a mi perro, y no tengo. Está tarde mi vecina, la señora mayor que vive a dos puertas de la mía, nos trajo de regalo unos hojaldres rellenos de chocolate, y la semana pasada nos regalo dos botes de mermelada de ciruela, porque según ella, le estaban dando repugnancia. Hasta aquí todo bien, la típica buena vecina con la que tengo buena relación; pero es que es aquí donde está la cuestión: Hace apenas un año esta buena vecina dejo de hablarme por yo estar de sabrosita. Si señores, como lo oyen, perdón como lo leen, por yo estar de sabrosita.
Vayamos por parte, como Jack. La vecina y yo teníamos una relación envidiable, ella venía a mi casa a tomar café y algún que otro chupito de licor, y nosotros íbamos algunas tardes a tomar el café con ella; yo la llevaba hasta la peluquería y, si ella necesitaba ir a algún lado, yo, si podía, la llevaba; incluso llegué a brindar con ella y su familia en un año nuevo; si yo tenía que dejar a los niños solos en casa, le pedía a ella que me les diera la vuelta, y a ellos que, cualquier cosa, que fueran hasta su piso. El día de las madres, para Navidad y para su cumple le hacía un regalito. En fin, la llegue a considerar una madre, guardando las distancias, claro está, y de ella para mí frases como: "que guapa ye" "que maja ye" "dame un beso, fija" "dejame darte una abrazo, mocina", eran mas que naturales, y bien recibidas por mi; me gusta llevar la fiesta en paz, y si es posible tener buenas relaciones a mi alrededor; estaba muy contenta con mi vecina!!!!
Dónde falla el cuento?; el año pasado, para su cumple, que coincide con el día de reyes, se me ocurrió regalarle una polvorones hechos por mi; compré los ingredientes, le dediqué tiempo a hacerlos y le dediqué tiempo a darle buena presentación. Ahora bien, a mi vecina NO LE GUSTARON mis polvorones y VINO A DEVOLVERMELOS, luego de yo venir de mi misa del día de reyes, feliz y contenta con mi familia, mi madre incluida, y lo hizo con estas palabras textuales:
-Ay!!! fija, yo agradezco tu buena intención, pero es que no me gustó eso que me diste, y te los voy a devolver
-bueno, si no te gustaron regalalos o simplemente tíralos, porque yo te los regalé y no los quiero"
-Bueno, Mari, yo los tiro, pero no te vuelvo a dirigir la palabra...
-A ver, vecina, si tu amistad y la mía valen unos polvorones, pues mira, tú misma!!!
Se pueden imaginar la escena luego de que ella marchara, mi madre llorando y diciendome: "Teresa, que es una señora mayor" y yo que le decía: "Ah si!!! y eso le da derecho a hacerme esto, tú sabes bien como me encontraba yo cuando me levanté a hacerlos, no..." "Si, pero ella es mayor, ve y pídele perdón!!!" "Osea y todo!!!, encima, soy yo la que debe pedir perdón!!!"; y la verdad es que los hice con todo mi cariño, si, pero bajo una fiebre y un dolor en el cuerpo entero que no me dejaba moverme.
Se ve que los tiró, pues cumplió su promesa, dejó de hablarme a mi y a mis hijos a los, que según ella, taaaanto quería; y yo, pase de ser maja y guapa, a ser ignorada. Yo no dejé de hablarle, ella a mi sí; cuando nos encontrábamos en los pasillos, yo la saludaba y ella me ladraba; a mis hijos dejo de hablarles y abrazarles; dejó de irse con nosotros en el coche, no porque yo no fuera a tocarle la puerta mas de una vez, sino porque ella me inventó mas de una excusa, hasta que yo lo dejé por la paz.
Yo continuaba saludandola, pues por mí no iba a quedar; eso sí, me juré no volver a estar de sabrosa, jamás se me ocurre regalarle algo a nadie mas que me cueste, además de muuuucho dinero, todo mi esfuerzo; porque en algo estoy muy clara, si hubiese ido a IKEA y le compraba un cactos de 3 euros, quedó bien, gasto menos, me doy un paseo y no me dejan de hablar.
Pues en esta situación estuvimos hasta un buen día, que se ve que ella sola sudo su mala leche, y así como me dejo de hablar de un día para otro, así mismo de un día para otro, me trajo los dos botes de mermelada y los hojaldres está tarde; pasando porque hoy en la mañana Flobre le ofreció darle un empujón hasta La Felguera, pues estaba lloviendo y ella lo aceptó; desde luego, que si voy yo a llevarla, me tiene que pedir el empujón ella a mí, porque ofrecercelo yo....no sé, lo veo difícil.
Ahora bien, digo yo, que está bueno que me pase por estar de sabrosita, como dije al principio. No me queda mas que reírme y esperar a que alguien me explique la complejidad de los seres humanos, que tu tratas de ser amable y te devuelven con esto....

lunes, 15 de febrero de 2010

Las niñas....

Tita, Mari y Angie
Ya crecieron las niñas, ya no van al colegio y ya hicieron sus vidas. Ya no podemos refugiarnos en los brazos de papi y mami, y ya los problemas no son que el papi no nos deja ir a la discoteca con los amigos. Nos separamos, o por lo menos yo me separé, crucé el charco y deje dos terceras partes de una misma materia al otro lado del Atlántico; porque, a pesar de nuestras diferencias, de nuestros pleitos y de nuestras riñas, somos hermanas, y nos complementamos, nos apoyamos, nos protegemos; hay de aquel que se meta con cualquiera de nosotras, que enseguida las otras dos sacan sus uñas. Somos las chicas superpoderosas, los ángeles de Eugenio y Yolanda, las tres mosqueteras, las tres que echaron a Pedro en el pozo, tres gotas de un mismo estanque, tan iguales y a la vez tan diferentes entre sí.
Las niñas pelean, se tiran de los cabellos, se disgustan, y es que somos hermanas; existe un vínculo, un lazo, una complicidad entre nosotras, que ni el tiempo, ni la distancia van a romper.
Angie es la rebeldía, la curiosidad, la creatividad; Angie es mi cómplice, mi amiga, quien me protege; siempre va un paso por delante de mi, me enseñó a ver la vida a través de otro cristal, con ella aprendí que el mundo es de los que se arriesgan y de los que creen en ellos mismos, de los valientes, y que los tímidos no tenemos nada que hacer en él. Fuimos de la mano, caminando una al lado de la otra; iniciamos nuestras vidas al mismo tiempo, juntas salimos a la vida profesional, y juntas nos hicimos madres. Vivimos nuestros embarazos de forma paralela, nos lo consultabamos todo, tanto compartimos, que nuestras preciosas niñas decidieron que ningusa se graduaría primero de madre, así parimos juntas, en distintos hospitales, pero juntas. Su hija es mi hija, y mis hijos son sus hijos, porque es así, porque, para nosotros eso es la familia, eso es la unión, compartir hasta los momentos mas íntimos y personales, una al lado de la otra; aprendimos juntas a ser madres y nos equivocamos juntas, ella lloró mis miedos y yo reí sus alegrías, siempre juntas, siempre unidas, a pesar de que ella era las alas y yo era el miedo a volar.
Lourdita, mi pequeña Tita; Tita es rabicuda, testaruda, con una sonrisa que ilumina el lugar donde está; de pequeña la recuerdo de tres formas: riendo, hablando y chillando; cómo chillaba, tenía un pitido que se metía en lo mas profundo del oído; y hablaba, vaya que hablaba, sino que se lo pregunten a la gallina. De pequeña era mas inteligente que el hambre, mas de una vez nos echo de cabeza a la Angie y a mi. Mi pequeña diablita, aún recuerdo aquel primer consejo, aquella primera charla, como de madre se tratara, con ella dí mis primeros pininos en esta ardua empresa de la maternidad. Creo que Dios me envió una como ella, sólo para mí, porque veo a mi Maruchi y la veo a ella, su mismo pelo, parecido carácter, su mismo galillo y una risa que llena el espacio. La Tita se multiplicó por dos, y se desdobló en un hermoso sol, que al igual que ella, es rabicudo, testarudo, y con una sonrisa que ilumina el lugar; habla, chilla y ríe igual que ella.
Mis hermanas están muy lejos, y las necesito tanto, porque aquí no tengo con quien disgustarme, con quien pelear, con quien tener un punto de desencuentro. No tengo con quien hacer tarde de hermanas, o tarde de hermanas con hijos, o simplemente tardes de no hacer nada, mirándonos unas a otras en el salón de la casa de mami.
Cuánto me gustaría que mis hijos presumieran de esas tías supercojonudas que son mis hermanas. Las quiero mucho pequeñas!!!!

viernes, 12 de febrero de 2010

La mañana del humo negro.....

En ese entonces vivíamos en la Calle Altagracia, No. 1, encima de la Ferretería Americana de la Av. Mella. Era un apartamento enorme, y ahí nacieron mis tres hermanos; recuerdo sus escaleras, que iban dando vueltas hasta llegar arriba, acompañadas de descansos, para poder tomar aire antes de seguir subiendo peldaños. Cuando llegabas al final, te encontrabas a la derecha con una enorme puerta que daba al inmenso patio, y a la derecha veías un pasillo largo que te llevaba a la casa; por el pasillo te topabas con algunas habitaciones a la derecha: la de Dignorah, nuestra nana, era la primera de todas y luego veías la habitación donde estaban nuestros juguetes, muñecas y peluches; a la derecha habían muchas ventanas que dividían el pasillo de lo que hoy yo llamaría el family room, pues era una terraza, patio, comedor, donde estaba la tele, y el equipo de música. Al final del pasillo estaba la habitación de mis padres, y comunicandose con esta, la que fue nuestra habitación, y que luego pasaría a ser la habitación de Eugenito, decorada cuidando todos los detalles, para el varoncito de la casa. A la derecha de la habitación de mis padres, puerta con puerta, había una pequeña sala, que luego se convertiría en la habitación de las niñas, hermosamente decorada con cubrecamas y cortinas en rosa, diseño de la tía y de la abuela y paredes llenas de peluches y muñecas de colección. Al lado de está habitación estaba el baño, del cual hoy me acuerdo perfectamente: tenía una ventana y la bañera estaba a la derecha de la puerta, entre la bañera y la puerta, estaba el closet donde se guardaban el papel de baño, pasta de dientes, medicamentos, maquillaje de mi madre y donde, también estaba el calentador, al otro lado, y en este mismo orden, estaban el lavamanos, la taza del baño y el bide; la puerta del armario era un enorme espejo, el cual nos acompañó hasta hace poco en cada una de las mudanzas. Las habitaciones de mis padres, la nuestra y la de Eugenito, estaba rodeada de un balcón que daba parte a la Av. Mella, parte a la Calle La Altagracia, y al cual no nos dejaban salir porque eramos muy pequeños. Desde la habitación de mis padres y de Ninin, podías acceder al salón, donde había un juego de muebles super guay de color rojo; desde este salón podías acceder a la cocina y a la terraza, y a él podías llegar, además, por el enorme pasillo, girando a la izquierda, justo antes de darte de narices con la puerta de la habitación de mis padres. La cocina también tenía lo suyo, era grande y larga, dividida en dos, por una puerta, en una parte estaba la estufa y un fregadero, y en la otra estaban el frizer y la nevera, otro lavadero y una gran meseta donde habían toda clase de electrodomésticos. El patio era enorme, o por lo menos así lo recuerdo, una parte de él daba a la calle y el otro estaba bordeado por una gran vaya que nos dividía de otra dos casas, en una de la cuales vivió mi padre de soltero; si salías a la terraza por la cocina, te encontrabas con un baño a la derecha, y una habitación donde solía dormir algunas de las muchachas que trabajaron en mi casa. El patio estaba separado de la terraza por una enorme reja de color negro, como dije antes, era grande, y en el estaba el lavadero, donde teníamos la casa del perro; frente al lavadero, estaban los tanques de gas, las bombonas de agua y el enorme cajón, que era el ventilador del aire acondicionado de la ferretería, que nos quedaba justo abajo.
Así era mi casa, nuestra casa, donde éramos los Díaz Vázquez, y dónde estaban todas nuestras cosas, juegos, discos, muebles, etc.; en ésta sentía llegar la navidad, y desde su balcón podía ver el desfile de reyes; si gritaba lo suficientemente fuerte, mi madre podía escucharme, pues trabajaba en la ferretería, cuyo techo era nuestro suelo....
Un día salimos, como cualquier otro rumbo al colegio, era viernes, y había entrega de notas y reunión de padres en la noche. Del colegio nos fuimos a casa de la abuela, y al final de la tarde, Angie insistió tanto en que nos dejaran a dormir con abuela, que terminamos durmiendo las tres niñas con ella, vivíamos muy cerca, pero la debilidad de mi hermana era estar en casa con la abuela; recuerdo, haber hablado con mis padres, desde el teléfono que estaba en la mesa de noche de la habitación de abuela, y haberle preguntado, cómo me había ido en las notas, estaba yo en quinto de primaria y no sé yo porque estaba especialmente preocupada por mis calificaciones, hablé con ellos y me dijeron que estaba todo bien, nos despedimos y marchamos a dormir, mis hermanas y yo.
Al levantarme, al día siguiente, salí de la habitación y me senté en una mecedora en el salón de la casa; la mecedora estaba perpendicular a la galería, miré hacía afuera, y vi una enorme nube de humo negro, pensé, algo se quema ahí afuera; no había movimiento en casa de mi abuela, salí a la terraza a ver que pasaba, entonces vi a la muchacha que estaba trabajando en casa, y a mi hermanito, me senté en la mesa sin entender bien lo que estaba pasando, mas tarde llegó mi padre, y nos dijo: "Nuestra casa se quemó"; realmente, había entrado en llamas la ferretería mientras ellos dormían; les avisó una persona de la zona, que al ver lo que estaba pasando les gritó, les despertó y pudieron salir rápidamente; a esa hora todavía no sabían los daños que habían, pero recuerdo escucharlo comentar, el alivio que sintió cuando vio a nuestra perrita, que había sido rescatada por los bomberos, después de haber sobrevivido a las llamas y al humo, a él con las prisas de avisar a la muchacha que dormía en su habitación y tomar en brazos a Eugenito, se les había quedado olvidada arriba; en ese momento caí en la cuenta de que Rinita, nuestra perrita, andaba dando vueltas por la casa de mi abuela.
Lo que vino después es todo muy confuso, la casa de mi abuela se llenó de gente, Dignorah, la persona que nos había cuidado, había llegado desde su pueblo para ayudar, pues ya hacía tiempo no trabajaba con nosotros; cuando pasó todo, y las llamas y el calor habían pasado, permitieron a mis padres subir a ver su casa. No puedo decir que la casa se quemó, pues todo estaba intacto arriba, con olor a quemado, y castigado por el calor y el humo, pero no ardió nada dentro; todo quedo chamuscado, nuestros juegos, nuestros muebles, por más que lavaron y lavaron, nada volvió a ser como antes. Cuando nos dejaron, a nosotros los niños, subir arriba, pude ver cómo había quedado todo, se podía oler el humo, y el suelo de nuestro patio estaba agrietado y levantado, al igual que el patio de la vecina, cuya casa también había sido afectada. A mis padres entonces, les tocó guardar su vida en cajas, cargar sus muebles y sus sueños, meterlos en una habitación en casa de mi abuela y mudarse con sus hijos allí, hasta que pudieran encontrar un lugar donde vivir. Tengo que decir, que en mis recuerdos guardo una tormenta y un temblor de tierra, que se sucedieron uno o dos días después de este incendio; pero ya estos son mas que borrosos, sólo recuerdo estar sentada sobre la cama en la habitación que seria la de mis padres, en casa de abuela, creo que llovía a cantaros, y creo recordar sentir el temblor de tierra.....pero de esto no puedo dar fiel testimonio.
Este fue el primer día del resto de nuestras vidas, porque a partir de aquí, nada volvería a ser igual, porque, luego, la historia se complicaría un poco mas....
El incendio sucedió el 2 de noviembre del año 1979, justo dos meses después de que el Ciclón David azotará a la República Dominicana el 29 de agosto del mismo año. Al año siguiente, en 1980, al finalizar la Semana Santa, le diagnosticaron la leucemia a Eugenito. Creo que las fechas van así, si estoy errada en alguna de ellas, por favor me lo hacen saber.
De cómo una niña de 10 años vivió aquellos días en la vida de los Díaz Vázquez. Hasta la próxima.....

jueves, 4 de febrero de 2010

Un sol para mi....

En una entrada anterior, a propósito de mi aniversario de boda, hablé de la suerte que había tenido al casarme con el que hoy es mi esposo. Esta tarde, mientras chateaba con mi hermana, recordé uno de los tantos momentos especiales vividos junto a él. Era el 02 de diciembre de 1995, y habíamos estado en la boda de su hermana, luego de la fiesta nos fuimos todos los amigos a bailar a una discoteca; yo iba acompañada de alguien que se supone estaba enamorado de mí, pero para variar, quien se ocupaba de que yo estuviera bien y no me faltara nada era Flobre. Entramos a la discoteca y estaba toda decorada con motivos navideños, del techo pendían de hilos de nylon soles, lunas y estrellas doradas; recuerdo que nos paramos junto a la pista, y en un momento él, de un brinco, arrancó uno de los muchos soles que había y me dijo: “Toma, para que nunca digas que nadie te bajo el sol y te lo regaló….”; en ese momento, me sentí la mujer más especial del mundo, era sólo un sol de plástico, pero creanme cuando les digo, que todos los días me lo vuelve a regalar.....
Como esta tengo infinidad de historias, de cuando éramos nada mas que amigos, de cuando empezamos a ser algo más que amigos y, luego, durante todos estos años juntos. Prometo tratar de ir escribiéndolas, mientras las recuerde, para luego, algún día, compartirla con ustedes.
Hasta la próxima....