jueves, 31 de diciembre de 2020

Hasta nunca 2020...

31 de diciembre, último día de un año que parecía no tener final. Un año raro, difícil, lleno de incertidumbres. Un año con muchas preguntas y pocas respuestas. Un año que duele, que sembró el miedo y nos encerró. Un año para no querer recordar.

Qué puedo decir de este año que ya no se haya dicho. Es el año más largo de toda mi vida. El más difícil, con diferencia y he vivido unos cuantos complicados.

Me Quedaron muchas páginas sin escribir de las 365 que traía el 2020. Mucho espacio en blanco. Muchos días iguales. Muchas horas tratando de entender lo que, sin lugar a dudas, es lo más rocambolesco que he vivido hasta hoy.

Agradezco ser de las afortunadas que no tiene que lamentar perdidas. Todos estamos bien, los de aquí, los de allá y los de acullá, y eso más de los que muchos pueden decir. Hoy en el mundo hay muchas sillas vacías, muchas ausencias, muchas perdidas y muchas lágrimas.

Gracias 2020 porque contigo aprendí que hay ausencias y vacíos más complicados que la distancia y la no presencia. Me enseñaste que mi mesa siempre ha estado llena: llena de amor, llena de risas, llena de familia que no están cerca, pero que están tan presentes que a veces crees que las puedes tocar y con esa enseñanza me demostraste que siempre he estado equivocada, porque siempre he estado muy acompañada.

Gracias 2020 por la respiración profunda,  por la práctica efectiva de la resiliencia y la paciencia. Gracias porque has demostrado al mundo la importancia de un abrazo, de una caricia y de un beso. El valor de las pequeñas cosas, la belleza de lo simple, la importancia de lo cotidiano. Gracias por enseñarnos a no dar las cosas por sentado y a disfrutar cada momento.

Gracias 2020, pero vete y no vuelvas. Te quiero perder de vista y quisiera no recordarte nunca jamás. Lamentablemente quedarás grabado de la peor manera. Ojalá pudiera darle al control + alter + supreme y reiniciarte, que mañana todo fuera como antes de marzo. Pero es imposible y mañana seguirán las mascarillas, la distancia social, los no abrazos y los no besos. Me queda la ilusión de la vacuna que es igual a una esperanza. Me queda la esperanza de que estamos llegando al final del túnel, aun cuando el túnel está muy oscuro y me queda la primavera, aunque hayas cortado todas las flores.

Hasta nunca 2020.

Hola 2021, bienvenido, se espera mucho de ti y yo aquí te espero, lápiz en mano para escribir tus 365 páginas.

Feliz, hermoso y prospero año 2021, ven cargado de todos esos besos y abrazos que el 2020 se quedó.