Semana Santa y yo en el salón de mi casa, arropada hasta la cabeza, pensando en el clima de mi terruño, la brisita de cuaresma que le llamamos nosotros y todos sabemos cuál es, de hecho, podemos, los que estamos lejos, recordarla como nos acaricia mientras nos deja una sensación de calor.
En días como hoy no puedo dejar de pensar en nuestro itinerario familiar de estos días, que para nada incluía salir fuera de la ciudad; al contrario, preferíamos quedarnos en casa y disfrutar de la tranquilidad de mi Santo Domingo que se quedaba vacío y en silencio.
Los jueves se trabajaba hasta el mediodía, y de ahí traje de baños y piscina toda la tarde y durante los días siguiente. El viernes tocaba piscina con los primos en Casa de España o en casa de Tico y Vanessa; mis hijos cada vez que se acercan estos días recuerdan esas horas en la mini piscina en la casa del tío Tico, mientras los adultos comíamos habichuelas con dulce.
Los viernes santo teníamos el almuerzo en casa de mis suegros, donde no faltaba el pescado frito en escabeche, menú obligado en la mesa ese día. Para mi suegro el pescado frito era al viernes santo, como la pierna de cerdo a la Nochebuena y el Año Nuevo.
Los sábados santos, además de pasarnos el día entre una piscina y otra y de una casa a otra, nos tocaba hacer la vigilia junto a los hermanos de comunidad; para completar nuestra Semana Santa familiar, los domingos nos pasábamos el día en el club disfrutando de nuestro último día de vacaciones, hasta que llegaba la hora de ir a misa a celebrar, siempre en familia, la pascua de resurrección; si apetecía nos íbamos con nuestros hermanos de comunidad a cenar y si no, nos marchábamos a casa a prepararnos para empezar la jornada laboral.
Aquí nos ha tocado adaptarnos a las circunstancias y a acomodar nuestras vacaciones, tratamos de hacerlas mas llevadera y cada vez parece menos difícil el camino, aunque la soledad parece aplastarnos en días como estos.
Semana Santa esta aquí y mis recuerdos están allí, y aún cuando he aprendido a disfrutar estos días, no dejo de añorar esos pequeños grandes momentos llenos de amigos y familia. Asturias sigue siendo tan grande como cuando llegue y yo sigo siendo muy pequeña.
Feliz Semana Santa!!!
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