lunes, 29 de marzo de 2010

La mas pequeña ya no es tan pequeña...

Me pediste un regalo y no sé que darte; me pediste que te escribiera y no sé qué decirte, la musa no está cerca, se va y no dice adonde. Igual trataré, lo intentaré.... 33 años ya y parece que fue ayer, cuando eras una pequeña necia, traviesa, chillona y con una risa que parecía un cascabel; parecía que no crecías, sin embargo aquel verano en NY bastó para que pegaras el estirón, no sé si fue esos meses que no te tuve, pero cuando llegaste, llegaste grande, hermosa y parecía que habías crecido dos o tres años en esos pocos días. La mas pequeña de nosotras, siempre será así, esa a la que creemos tenemos que proteger porque aún es una niña, aunque el calendario se empeñen en decirnos lo contrario. 33 años, como dice la canción, quien lo diría; 33 años, son media vida; 33 años que se van con tanta prisa; y es así, sólo ayer eras esa pequeña que parecía una araña cuando se cabreaba, pegabas unos chillidos que pa’que; eras realmente insoportable. No sé en que momento empecé a verte como mi pequeña hermana y no como el pequeño demonio que había llegado para fastidiarlo todo; cuándo deje de mirarte como la carajita chismosa y empecé a verte como la hermanita que necesitaba toda mi protección. Me hubiese gustado, cual madre, que nada te pudiera hacer daño; que no hubieses tenido que crecer con los golpes que nos propina la vida; me hubiese gustado evitarte cualquier dolor. Pero entiendo que eso no es amor, tenías que crecer, madurar a base de golpes, como todos.
Si vuelvo la vista atrás, puedo ver una pequeña inquieta, siempre alegre y muy llorona, aunque parezca paradójico, así era; porque eras capaz de hacer un cabreo que estremecía las paredes de la casa, y al momento estar riéndote cual cascabel de Navidad. Eras una niña hermosa, aunque mas de una vez me hubiese gustado matarte, gracias a Dios no lo hice; recuerdo aquella tarde, que en uno de tus acostumbrados caprichos, lanzaste el control remoto de la televisión nueva de papi por las escaleras, dijiste que había sido yo y se me pegó lo que te tocaba a ti; o el día que, en el cine, se me ocurrió que a mí si me obedecerías, inocente de mi, te colgaste como Tarzán de mis laaaargos cabellos, y gritabas como si te estuvieran matando; puedo recordar que solías limpiar tus zapatos de una manera poca ortodoxa; o que, luego de comerte junto a nosotras todo el cocktail de frutas, ibas y le contabas a mami lo que habían hecho Angie y Mari; te recuerdo en tu columpio, te recuerdo en tu cumple de pollito, te recuerdo en tu uniforme del cole y con tus primeras gafas; sobre todo te recuerdo hablando, madre como hablabas, hablabas a rabiar, no callabas, eras capaz de dormir a las gallinas, y no es una metáfora, es una realidad muy real. 33 años y parece que fue ayer; como pasa el tiempo y no nos damos cuenta; hoy eres una mujer y hasta ayer eras nuestra pequeña; a la que le celebramos los 15 años; a la que llevamos a la fiesta de graduación; a la que di mi primera charla de educación sexual; a la que le di los primeros concejos sobre aquel chico del cole que te gustaba. Hoy veo a mi Maru y me parece estar viéndote, es tan igual a ti, que mas que hija mía parece tuya; hoy te veo a ti y sé que en un abrir y cerrar de ojos, mañana estaré viendo a mi pequeña convertirse en mujer sin apenas darme cuenta; porque eso me pasó contigo, creciste tan rápido que pienso se me fue el tiempo y no te disfruté todo lo que yo hubiese querido. Te tocó vivir situaciones muy fuertes a una temprana edad, situaciones que no se entienden ni siquiera cuando tienes 40 años; quizás por eso eres como eres, diferente a nosotras dos, nosotras somos lloronas, muy sentimentales y tal vez, sólo tal vez, nos ahogamos en un vaso de agua; pero tú, tú eres tan fuerte, no lloras con facilidad, ni con cualquier película como nosotras dos, eres capaz de afrontar situaciones que yo sería incapaz de enfrentar; como cuando te tocó sentarte frente a papi y mami y explicarle, con dos cojones, lo que te estaba sucediendo ¡¡¡Madre!!!, ahí empecé a verte como mujer y a admirarte como ser humano; ahí me di cuenta que la pequeña ya no era tan pequeña, era toda una mujer... Treinta y tres años Nada más son media vida Treinta y tres años Que se van con tanta prisa FELIZ CUMPLE TITA!!!

1 comentario:

Tita dijo...

Solo tengo fuerzas para decirte GRACIAS!!!!

TQM!!!!!!!!