Hoy toca el apartado para aquellos días en que los problemas parecían tan lejos; esos días donde de lo único que nos preocupaba era ir al colegio y estudiar. Parece que todo aquello sucedió el otro día, sin embargo ya han pasado 22 años desde el día de nuestra graduación del cole. Si busco en mis recuerdos me veo pequeña, con el uniforme azul o color limoncillo; los zapatos negros, medias blancas y una correa horrible que nos adornaba el uniforme cuadrado y dificilísimo de poner; veo el patio rosado, las grandes escaleras con el pasamano de caoba que nos llevaba a la segunda planta y si seguíamos subiendo nos guiaba hasta la capilla, hermosa llena de grandes y coloridos vitrales. Los pasillos del colegio eran oscuros, pero lleno de detalles que te hacían sentir en casa. Mientras éramos pequeñas nos tocaba salir al recreo al patio de abajo; ya cuando crecíamos un poco y subíamos a la segunda planta, pasábamos al patio rosado; y ya éramos “adultas” cuando el recreo lo hacíamos en el patio de arriba. El cole tenía un salón de acto hermoso, por lo menos así lo recuerdo, con su piano de cola que le daba cierto prestigio; este salón fue testigo de muchas veladas, en las que me tocaba de angelito o pastorcita. Recuerdo la última de todas que hicimos allí, hicimos un coro y no sé muy bien de que andábamos vestidas, sólo recuerdo que llevábamos barbas hechas en algodón y una vela encendida, con tan mala suerte que a una de nosotras se le encendió la barba y se le chamusco la cara; gracias a Dios quedó en un susto, porque no pasó a mayores, si que mi amiga la paso mal pues le ardía, porque después de todo era una quemadura Y EN LA CARA!!!
Aquel edificio estaba lleno de encanto, cuando paso por su frente se me agolpan tantos y tantos momentos para los cuales necesitaría un blog de 500 páginas para escribir; recuerdo aquella primera “kermesse”, un fracaso total, pero estábamos tan ilusionadas todas que trabajamos como chinos para que todo saliera adelante; ésta kermesse era pro-recaudación de fondos para nuestro nuevo edificio, el cual prometía ser lo último de lo último. Nuestro edificio de las Mercedes se había quedado pequeño y ya no funcionaban la mitad de sus instalaciones. Nos mudamos al nuevo edificio en 1982; y debo decir, que aunque era enorme, con grandes pasillos llenos de luz, tranquilidad absoluta y espacios que prometían grandes jardines; digo prometían porque cuando llegamos el terreno era todo baldío, y cuando llovía se volvía de un color marrón mostaza que nos ponía los zapatos guapos, guapos de verdad. Si, si, el colegio era grande, imponente y lleno de luz, pero había perdido ese toque de “mi familia” que tenía el otro.
En estos años cumplimos 50 años de fundada la congregación, y lo celebramos por todo lo alto, fue cuando salió el concurso para diseñar el nuevo uniforme, del cual salió el uniforme actual de niños bien y que quedó universal para todos los colegios de hermanas franciscana; asistimos, así, al cambio de uniforme, gracias a Dios pasamos de aquella cosa color azul, amarillo y limoncillo a los uniformes que parecen de niños bien de colegios ingleses; eso sí, tela para comprar la tela en aquel entonces, porque no había suficiente y porque no aparecía en cualquier sitio; por lo que en el primer año parecíamos cualquier cosa, menos alumnos del mismo colegio. También, con motivo de estos 50 años, se convocó a un concurso de canciones a Madre Carmen entre toooodos los colegios franciscanos situados alrededor del mundo; nuestra canción, la de mi curso, no llegó a ningún lado, porque era mala donde las haya: no tenía ni música, ni letra, ni na’, diferente a la que ganó en nuestra categoría que si que se la curraron; pero eso no importa, pues al final, nos llevamos todos los premios, pues ganaron todas nuestras canciones entre todas las canciones de los colegios participantes en RD.; lo que no recuerdo es, si al final, llegamos a ganar algo a nivel del concurso mundial...
Nos tocó estar poco tiempo en este nuevo edificio, y disfrutamos poco de las muchas comodidades que tiene hoy en día; eso sí, somos parte de su historia, y lo vimos surgir desde el primer ladrillo; hoy tiene un anfiteatro, con todas las comodidades, pero no está el piano de cola; una cafetería super mega guay, pero aquella donde nos agolpábamos todas me gustaba mas; tiene laboratorios bien equipados y una capilla que en nada se parece a la de mi viejo edificio.
Aquí viví mis últimos años de colegiala y no puedo dejar de mencionar a mis compañeras, con las cuales tuve mas de un encontronazo; recuerdo, estando en segundo de bachillerato, que llegaron la mitad de ellas con unos lazos en la cabeza color amarillo pollito, que no les pegaban nada de nada con alguno de los uniformes; ahí comenzó una especie de guerrilla entre dos bandos: las lazos amarillo y las sin lazo, claro porque la otra mitad no tenía lazo. Pero esto quedo ahí, en una simple niñada, porque al año siguiente tendríamos que unirnos para preparar “nuestra promoción”: buscarle nombre, hacer actividades para recaudar fondos para nuestra fiesta (que al final no fue una fiesta, sino una semana en la casa de una compañera en la playa, con nuestras “sor” preferidas), hacer las camisetas y buscar un logo (horrible y horroroso, por cierto, a ver en que estábamos pensando); en éste año, le quitamos la misa del 14 de febrero a las niñas de 4º bachillerato, una putada en toda regla, porque, no sé ahora, pero en aquel entonces era muy importante esa misa del día de la amistad para el último año, porque venía a ser una especie de despedida; pero fuimos tan HP, que no sólo le quitamos la misa, sino que llevamos al mismísimo Cardenal a darla....si, porque así era Guetto, ah si, este era nuestro nombre, con canción y todo; eso sí, que insultadas fuimos, las de 4º aprovechaban cualquier oportunidad para decirnos lo mal que lo estábamos haciendo, que era una injusticia porque esa misa siempre la habían hecho la promoción saliente; Pero, digo yo, quien les manda a dormirse y no decir nada, nooooo, porque resulta que era una sorpresa, pero sorpresa de qué, si ese día siempre hubo misa; por eso se quedaron sin ella, aunque al final la dejamos participar un poquitito solamente; eso sí, al año siguiente la misa la pedimos nosotras desde septiembre que entramos, no fuera a ser que la misma putada que habíamos hecho, nos la fueran a hacer a nosotras. Así tuvimos misa del “día del amor y la amistad” dos años consecutivos, con nuestro Cardenal a la cabeza, y es que hasta para eso fuimos “distintas”.
Eso sí, no todo son buenos recuerdos, porque Dios mío, no podía yo hacer nada sin que Eugenio no se enterara antes de yo, incluso, hacerlo; y es que las monjas tenían tanta confianza con “el chino” que cualquier cosa que yo hiciera o dejara de hacer, tenían una línea directa con “el e’pañol” y lo llamaban; así cuando yo llegaba a mi casa, ya sabían todo, como pa’portarse mal!!!. Además tengo que mencionar mis notas, esas que queme para que mis hijos nunca, nunca la vieran; y es que no se me dio bien el colegio, de hecho en el último año deje tooooodas las materias; si, si, incluso religión y deportes, mas que nada porque no me dio la gana de hacer los trabajos. Con mis calificaciones tengo una muy buena anécdota, pues cuando estaban en la última reunión del año escolar, antes de subir a por las notas, alguien dijo que sólo a tres de nosotras se le había quedado Psicología directo pa’agosto, osea, quemada, quemada; yo estaba tan segura de que, entre esas tres estaba yo, que cuando vi mis notas no me sorprendió ver esta materia junto a Física juntitas para agosto; con tanta suerte, que no, que no me había quemado, la había dejado para junio, peeeero como era la primera vez que entregaban las calificaciones computarizadas, pues había habido un “error”; recuerdo que la primera llamada que recibí fue de Mapa, una de mis compañeras que me dice, casi reprochándome, y tú por qué no fuiste al examen, a lo que yo conteste, que no tenía examen que yo tenía esa materia para examinarla en agosto; la otra llamada fue de la mismísima Sor Inmaculada (la directora), haciéndome la misma pregunta con el mismo tonito de reproche, le respondí lo mismo y medio no me creyó, yo tan pancha le dije: “si quiere le llevo su hojita con las notas mañana”; así lo hice, tuvo que creerme y me pregunta en mitad de unos de mis exámenes de junio, que cuando tenia libre para poder examinarme y yo le respondí, tan ancha yo, a ver, sor Inma, cuándo es el último examen, claro se me habían quedado todas las materias y una mas, por lo que tenía mi agenda un poco llena, la verdad. Así, señores, me examiné en la dirección, frente a la madre superiora, que me rifó los temas delante de mí; la noche anterior al examen intenté estudiar, pero resulta que frente a mi casa, mientras yo estudiaba había un concierto de 4-40 en casa de un amigo de éstos, que no sé para donde se iba y ellos les estaban despidiendo, si, si, mientras yo estudiaba; como no me podía concentrar cerré el libro y marché a dormir; al otro día me presento al examen sin ninguna presión, estaba yo solita en el colegio y en la dirección, y ya me había quemado, osea que si me quemaba otra vez, pues no pasaba nada; así empecé a responder a cada pregunta, un poco de lo que había visto en el libro la noche anterior, un poco de lo que me acordaba de lo que habían explicado en clases y un poco aplicando el sentido común, cuando terminé entregué el papel y marché; pues nada, que la Sor Inma me quería matar días después, cuando me dice en el pasillo: “sabes María Teresa, quien fue la única que pasó el examen de psicología”, yo que le digo, pues no, la verdad que no lo sé; me miro con esa mirada de “está bueno matarte” y me dice: pues tú, la única que paso el examen fuiste tú!!!...y siguió diciéndome, en un tono entre sermón y suplica: “a ver, dime no es más fácil estudiar un poquito diariamente y al final del año, para el examen final sólo repasar, dime no es mas fácil” y yo que le digo, con toda mi jeta: “igual si es mas fácil, pero es mas cansado, porque mire usted, la Giovanna (la empollona del curso) estudia todos los días durante 9 meses, yo solo estudie una semana y nos vamos a graduar el mismo día, además que tenía que guardar toda mi energía para la universidad, que ahí si que no me van a ayudar”....no me mató, creo que porque el habito se lo impedía. Eso sí, que estoy convencida que gracias a Sor Inma salí del colegio, porque si llego a tener que aprobar el examen de Física pa’graduarme, segurito que fuera alumna vitalicia del Serafín, y es que la Física es mucha Física pa’mi; estoy casi segura que el último empujoncito me lo dio ella, gracias a Dios, porque si no...
Así estoy llena de recuerdos de mis años de colegio; la libreta que Sor Mayra me mandó a forrar en 2º de bachillerato, y yo con dos cojones no forré: “porque es una libreta de espiral y esas libretas no se forran, además ya yo soy adulta, Sor Mayra”; “Ma. Teresa que llamo a Eugenio”; ja!!! Como que eso me da miedo “pues llámelo a ver que le dice...”; total que la libreta no la forré, a pesar de que a Eugenio si lo llamarón; y con mis compañeras, todo lo que hicimos, desde hacerle la vida imposible a nuestra querida Eugenia que nos gritaba “SILENCIO!!!”; hasta llenar los candados de las puertas de pegamento para no entrar a dar clases, mientras tanto cantábamos a todo pulmón “por amor, por amor, por amor....” agolpadas todas en la escalera y asegurando que ninguna de nosotras había sido; aquellas tardes en la clase de historia, diciéndole a Josefina que nos recitara “Bartola llora con una lágrima”, solo para no dar clases; o la cara de Sor Zoila (hoy una mujer como tu y como yo), mandándonos a callar mientras se remangaba las mangas del habito y nos decía: “ mis hijas, porque es que no pueden hacer silencio”...
Son mis días de clases en el colegio, debo decir que fueron días maravillosos, aunque no quisiera volver a pasar por él; y es que todavía hoy me sueño con la historia, por Dios que es mi pesadilla mas recurrente el estar haciendo un examen de historia en el colegio que si no lo apruebo me quitan mi titulo de licenciada; o que me llaman del CONES y me dicen que me quitan el titulo porque debo Historia del colegio. Y no se rían, porque es horrible!!!. Eso sí, que lo que le dije a Sor Inma aquella mañana en el pasillo del cole lo cumplía a cabalidad; porque resulta que todas aquellas materias en las que me quemé en el colegio, al llegar a la universidad me exoneraban de tomar el examen final, por mis buenas calificaciones; y es que resulta que en la uni fui una estudiante excelente, como pa’no creérselo; recuerdo el día que la profesora de historia de la carrera dijo en medio del curso: “Ven Ma. Teresa si que domina la historia, se nota que la disfruta, que la vive....”; si como no, sólo pude pensar en la cara de Josefina, cuando ya sin fuerzas daba por pérdida la batalla con: “¡Vázquez, allá!...”
Por eso entiendo a nuestra querida Sor Rosa, cuando unos días antes de yo venirme a España, estuvo en mi casa y le dijo a mi padre: “Quién nos lo iba a decir, Eugenio, con el trabajo que nos dio que sacara el colegio adelante y ahora verla tan responsable y tan adulta...parece que hicimos bien nuestro trabajo...”.
Si lo hicieron bien o mal, no lo sé, sólo sé que aquellos días tendrán su lugar en mi vida, en mi cabeza y en mi corazón. Para mis compis del cole, y para las profes a las que tanto les hicimos pasar....
Les dejo con algunas fotos, que creo que a alguna les traeran algo de recuerdo...
en el día de la graduación...las tres matatanas del bachillerato
Josefina, Aleida, una servidora y Dhara...
mis compis en el cole...
Mas compis del cole, 20 años mas tarde...
una servidora, Dhara, Juliet, Ma. Isabel (la dueña de la casa en la playa),
Wanda y Alfonsina (a quien se le quemo la cara el día de la velada de Navidad)
4 comentarios:
Mary!!!!! cuántos recuerdos!imagínate que voy todos los días a buscar a mis hijos y veo a Fifi, Holguin, Mary Yolanda!! y a cada rato me vienen a la memorias escenas de aquellos tiempos!!
Abrazos a todas la promoción!
Wanda
hahahah, sonrisas y lagrimas. Pero aqui entre nos y espero que nunca, pero nunca Alfonsina lea esto.
YO FUI LA CULPABLE DE LA BARBA DE ALFONSINA............. lo siento mucho.........
Ayalibis
Hahaha, sonrisas y lagrima. Pero tengo algo que confesar que he llevado en mi conciencia por mas de 20 anos.
Espero que Alfonsa, como le deciamos nunca lea este comentario YO FUI LA CULPABLE DE SU BARBA.... que pena!!!
Ana Ayalibis
Hola María Teresa:
Hace días que leí sobre lo del día de clases, pero ahora es que tengo tiempo para comentar sobre lo escribiste.
Realmente que Dios te bendiga tu mente, porque hay cosas y detalles que has plasmado de ese tiempo que yo no recordaba, pero realmente parece que fué ayer que estábamos en el Serafín de Las Mercedes. Cuántos momentos inolvidables pasamos allá y en nuestro último lugar, El Milloncito.
Gracias por mantener frescos en nuestra mente esos momentos
Aleida
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