Te juzgaron sin conocerte, apenas te vieron pensaron “es muy pija, delicada y frágil para este lugar”. Hicieron sus apuestas: “no durara nada”, “se marchara antes de desempacar”, “no aguantara”; y las perdieron todas, se equivocaron contigo; tú podías más que ellos, les demostraste que detrás de esa cara de niña y ese cuerpo frágil se escondía una persona fuerte y decidida, que no se asustaba con cualquier cosa.
Te insultaron, te humillaron, se rieron de ti; te miraron de arriba abajo, te tacharon de “ocupa” y te llamaron “mantenida”; dijeron que sólo habías llegado a incordiar, que nunca debiste llegar a ese lugar, que lo mejor que podías hacer era recoger y marchar.
Lloraste, pensaste en salir corriendo, te desesperaste y te sentiste miserable; pero no eras tú, quien iba a permitir que se salieran con la suya, que lograran su objetivo; no les darías la razón.
Secaste tus lágrimas, levantaste tu cabeza y comenzaste a caminar con pasos firmes y decididos. Te hiciste fuerte ante cada insulto, te creciste con cada obstáculo; les dijiste “conmigo nadie puede”, les hiciste saber “me voy cuando yo quiera, no cuando ustedes decidan” y les enseñaste, que cuando quieres, puedes ser todo lo terca, constante, consistente y decidida como te lo propongas; que nada tiene que ver que seas educada y culta con la fortaleza y el deseo de continuar.
Les demostraste que tú eres mucha mujer y que a ti te destroza quien puede, no quien quiere...
Te insultaron, te humillaron, se rieron de ti; te miraron de arriba abajo, te tacharon de “ocupa” y te llamaron “mantenida”; dijeron que sólo habías llegado a incordiar, que nunca debiste llegar a ese lugar, que lo mejor que podías hacer era recoger y marchar.
Lloraste, pensaste en salir corriendo, te desesperaste y te sentiste miserable; pero no eras tú, quien iba a permitir que se salieran con la suya, que lograran su objetivo; no les darías la razón.
Secaste tus lágrimas, levantaste tu cabeza y comenzaste a caminar con pasos firmes y decididos. Te hiciste fuerte ante cada insulto, te creciste con cada obstáculo; les dijiste “conmigo nadie puede”, les hiciste saber “me voy cuando yo quiera, no cuando ustedes decidan” y les enseñaste, que cuando quieres, puedes ser todo lo terca, constante, consistente y decidida como te lo propongas; que nada tiene que ver que seas educada y culta con la fortaleza y el deseo de continuar.
Les demostraste que tú eres mucha mujer y que a ti te destroza quien puede, no quien quiere...
y definitivamente ellos no pudieron…
5 comentarios:
Wow Mary! Que inspirador!! Deseo que no hayas sido tu que hayas vivido esos momentos amargos pero si lo fuiste es otro motivo mas para admirarte!! Un abrazo!
Karina Cabral
Creo que se de que lo hablas.
Hay gente que juzga sin conocer o que les resulta más sencillo no intentar conocer a la gente, eso a veces se llama ignorancia,pero ya sabes que cada uno es como es.
Besos
Susana
Me parece conocido ;). O como diria mi amigo Franco De Vita me parece que lo he vivido, ;). Nada, que eso mismo, hay que vivirlo, porque son cosas de la vida que PASAN. Y adivina que amiguita? Estamos gordas, por eso del dicho que lo que no te mata engorda, jajaja. Un beso amiguita.
Me siento muyyyyyyyyyyyyy orgullosa de ser tu amiga,,,, me llenas de fuerzassssssss para seguir adelante.......
Ana
Me siento muyyyyyyyyyyyyy orgullosa de ser tu amiga,,,, me llenas de fuerzassssssss para seguir adelante.......
Ana
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