domingo, 12 de marzo de 2017

Extranjero...


...Y eres extranjero porque no naciste en donde ahora vives. 

Y sientes que no perteneces a ningún lugar, porque ya no eres de aquí, pero tampoco eres de allá. 

Y vives en tu casa y no te sientes en casa, y cuando vuelves a la que siempre fue tu casa, te sientes fuera de casa. 

Y marchas y se queda un pedacito de ti y vuelves y dejas otro pedacito de ti, y dejas tantos pedacitos que ya no sabes en qué lado del charco vives, si donde tienes tu domicilio o donde habita tu corazón. 

Y vuelves al lugar de donde partiste, donde creciste, donde naciste, y te esperan y te reciben y te abrazan, y caes en la cuenta que es mejor recibir a ser recibido, porque comprendes que ahora eres visita y te tratan como visita y te consienten como visita. Se desviven por ti, por hacer tu estancia placentera, agradable; no les da la vida, el día, ni las horas para convertir tus caprichos en realidad; y te hacen la comida que pides, y están pendientes a si te falta algo, si necesitas algo; llenan la despensa por y para ti, con las cosas que saben que te gustan, para que te sientas como casa; y ahora las cenas, los almuerzos son en tu honor, y el sancocho lo hacen para agasajarte a ti; y compruebas, con algo de dolor, que te has convertido en una visita, donde antes eras un anfitrión, un extranjero en tu país, entre tu gente, y ya no es tu casa, y ya no es tu país; y te sientes “como” en casa, pero ya no es tu casa, porque ahora tu casa esta en ningún lugar, porque ahora eres un dominicano en suelo extranjero, y eres un extranjero en suelo dominicano. 

Y le buscas el lado bueno a la situación, y te consuelas, porque el que no se consuela es porque no quiere y te dices y te repites, he crecido, me he hecho fuerte, me he fortalecido, conozco otros lugares, me he enriquecido con otra cultura, con otro tipo de pensamiento, con otra vida. Pero muy en el fondo sabes que hubieses preferido vivir en una completa ignorancia, si con ello asegurabas no perder un poquito de tu identidad. Porque nunca más serás dominicano, y jamás dejarás de serlo; porque, desde el momento que decidiste emigrar, tu nacionalidad pasó a ser “extranjero”, sin importa lo que diga la cédula o el carnet de identidad. 

Y los de allí te dicen que ya hablas como los de aquí, y los de aquí te siguen escuchando como los de allí; y los de allá te preguntan de tu vida aquí, y los de aquí quieren saber de tu vida allá. Y te ríes de tu doble nacionalidad, porque más que doble la sientes inexistente, porque ahora eres muchas cosas, que, a veces, es lo mismo a ser nada... 

Por todos aquellos extranjeros que un día dejaron su tierra tratando de encontrar una vida mejor...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

😭😭😭 abusadora!! No pude terminar de leerlo, por que mis lagrimas me segaron. Sabes que puedo sentir cada una de esas palabras en el alma, En lo más profundo de mi ser. Me siento igual que tú, ya no soy de aquí, ni soy de alla. 😩😭ahora soy visita en mi tierra, y donde vivo soy una inmigrante más.

Bibi Padilla

Anónimo dijo...

Así mismito es!

Mili Somoza

Anónimo dijo...

👏👏👏

Cristina pelletier

Anónimo dijo...

Uf! Que sentimiento Teresa!

Wanda Peña

Anónimo dijo...

Diste en el clavo

Kaya Veloz

Anónimo dijo...

Todos mis respetos para la autora MariTe DiVa.

Rosanna Blanchard