When the whole world is gone
You won’t be alone, cause
I’ll be there
I’ll be your shoulder to cry on
I’ll be there I’ll be a friend to rely on
When the whole world is gone
You won’t be alone, cause I’ll be there.
Porque con esta estrofa, escrita a mano en una hoja arrancada de una libreta, me dijiste un día cualquiera hace 26 años, que estarías ahí cada vez que te necesitara, que serías “my shoulder to cry on”. Teníamos 20-21 años, y desde entonces siempre he encontrado en ti una mirada de complicidad, una mano para sujetarme, unos brazos donde refugiarme, y un hombro para descansar...
Sí, prometiste ser “A shoulder to cry on” y hasta hoy has cumplido tu promesa.
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